Mañana domingo se llevarán a cabo las elecciones regionales. Los colombianos elegiremos gobernadores, alcaldes, concejales y ediles, según el caso. Esta elección no es nada diferente a un plebiscito al gobierno Petro. La gente tiene la oportunidad de elegir candidatos que envíen un mensaje claro al gobierno, en el sentido de que el camino que desde el ejecutivo se está diseñando no es el adecuado. Sin duda, apoyar a candidatos del Pacto Histórico, de Fuerza Ciudadana, de partidos como el Liberal y el Verde, termina siendo un voto de apoyo a Petro y compañía.
Por su parte, votar por la U, ciertos conservadores y varios movimientos, es un voto que no comunica mucho, que no muestra una postura concreta y firme frente a lo que está sucediendo. En cambio, votar por el Centro Democrático, por el Movimiento de Salvación Nacional o por la Nueva Fuerza Democrática, es el resultado de elegir un camino diametralmente opuesto al actual.
Ni de riesgos apoyaría al partido de Petro, ni al de Carlos Caicedo, ni al de César Gaviria, ni al de Claudia López y Angélica Lozano. Tampoco por el de Juan Manuel Santos ni por el de Efraín Cepeda. Me duele mucho no votar por el conservatismo, no puedo votar por un partido que lleva años viviendo de la mermelada, pero sí hay opciones afines a mi ideario, por lo que votar por el partido de Uribe o por el de Enrique Gómez o por el de Andrés Pastrana me ponen del lado de la oposición, lado donde hoy me siento muy cómodo.
Bogotá requiere y merece un giro de 180 grados. No puedo quedarme quieto viendo cómo la inseguridad y los delincuentes se tomaron la capital. Nuestra calidad de vida está seriamente deteriorada gracias a que el hampa hace lo que se le da la gana con los bogotanos.
Esta ciudad que nos recibe a todos con los brazos abiertos pero que a la hora de la verdad no tiene un doliente claro, debe salir del atraso y mirar el futuro con esperanza. Arrebatarle la ciudad a la izquierda parece un sueño realizable. Espero que haya una segunda vuelta entre Galán y Oviedo y, obviamente, apoyaré en la segunda al exdirector del DANE. Espero que Bolívar ni siquiera tenga la opción de llegar al concejo. En el debate de RCN fue el único de los 9 candidatos que se negó a aceptar llegar al cabildo en caso de terminar segundo. Si el salario de senador le era insuficiente, ni qué decir del de concejal.
Espero que Barranquilla siga en manos de la derecha, que en Medellín gane ‘Fico’ por goleada; espero que el mensaje a Quintero y a sus secuaces, que se han enriquecido a costas de la ciudad, y que dejan muy maltrecha a la ciudad, sea contundente desde las urnas. Ojalá que Alejandro Éder gane en Cali y así, las principales ciudades del país le pasarían a Petro la cuenta de cobro por este desgobierno en que estamos.
Este domingo debemos enviarle a Petro un mensaje claro: el país va mal por su falta de capacidad para gerenciar, por sus constantes y pesadas rumbas en las que se consume de todo y porque está rodeado por un equipo inepto e incapaz.
Quienes solo sirven para hacer control político desde la oposición, corriendo líneas éticas en campaña, no han sabido gobernar. Le pagan a los hampones por no delinquir, viajan en helicóptero a todas partes a costa de nuestros impuestos y están sistemáticamente empobreciendo a Colombia y afectando directamente al sector productivo.
Colombianos, votemos en contra de las ideas de izquierda que con su mezquindad nos tienen fregados y mandemos a Petro a la lona con un nocaut fulminante.
Mientras tanto, esperamos de corazón y a la distancia, que Claudia Margarita Zuleta sea la nueva gobernadora del Cesar. En los momentos en los que tuve el privilegio de compartir con ella, de acompañarla en la campaña pasada, me impactaron su don de gente y la claridad de sus conceptos. Espero que el Cesar la apoye y la acompañe para que un mejor futuro sea la nueva realidad del pueblo cesarense, pueblo que queremos y añoramos. Desde Bogotá hacemos votos porque el Cesar cambie de rumbo, no elija más de lo mismo, sino apueste por el progreso y la renovación.
Por: Jorge Eduardo Ávila.