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Todos a ‘montarse en el bus’ de la participación

Asesor de la Defensoría del Pueblo

Estuvo por estos días en la  ciudad  Marcelo Caruso, asesor de la Defensoría del Pueblo quien vino con la misión de instalar las mesas del Plan de Desarrollo Municipal. EL PILÓN lo entrevistó y nos compartió  su mirada sobre  el papel de la participación de las comunidades en la construcción de ciudad.
EP ¿La participación de las personas en espacios de decisión es realmente importante o es un mero formalismo de las democracias modernas?
M.C. La participación es un componente de la democracia, cuando hablamos de participación nos referimos a la democracia directa, no a la democracia representativa que se realiza en las elecciones, ni a  la democracia  participativa de los referendos;  la democracia participativa directa se basa en la relación entre las personas,  es una acción comunicativa del  diálogo  entre por lo menos dos  sujetos. La democracia participativa es un componente del ser humano porque  ofrece la posibilidad de decidir sobre la propia vida y  de decidir sobre los que gobiernan su vida. Si el  gobernante no me tiene en cuenta a mí  yo he perdido el control de mi vida, de la educación de mi vida, de la salud de mi vida y termino en una sociedad donde hay alguien que  decide cuánto voy a vivir y cómo me voy a educar porque es el que regula todos los aspectos de mi vida y yo  como sujeto  debo tener una incidencia que no solo sea cada cuatro años durante las elecciones, porque existen políticas públicas que afectan toda mi existencia, emocional, física, espiritual. Por esta razón  los seres humanos hemos encontrado sociedades que nos permitan a través de esas formas de participación cuanto más directa mejor, en eso radica su importancia.

EP ¿Qué función tiene  la rendición de cuenta de los gobiernos en la participación?
M.C. El funcionario ha sido elegido a partir de un voto programático y lo ideal es que tenga que rendir cuentas de lo que hizo, pero también de lo que no hizo o quedó pendiente, pero generalmente los gobernantes no se animan a decir lo que no se pudo hacer porque no existió la posibilidad y sería ideal que los gobernantes se puedan comunicar de esa manera con sus electores y entonces en la rendición de cuenta todo parece haberse gestionado en un cien por ciento. Esos fueron los modelos de gestión de Europa del Este donde todo les funcionaba a la perfección  y se burlaban de eso.
En Colombia nadie va a decir qué fue lo que no hizo porque lo sanciona la Contraloría o la Procuraduría. Se ha creado un sistema donde los controles lo que generan son mayores deformaciones de la gestión de lo público y formas de escapar a los controles.
En la democracia participativa directa, un funcionario público que quiera salir  a  trabajar con  la comunidad que quiera salirse de su escritorio, tiene que  pedir permiso, autorización una semana antes, aclarar por qué sale y con todas estas trabas terminamos atornillando  a los funcionarios a un escritorio alejados de la gente cuando lo que habría que hacer es premiar al funcionario público que sale a trabajar con la comunidad.

EP. ¿Qué papel cumple las juntas de acción comunal en este tipo de participación?
M.C. Hay que separar las Juntas Administradoras Locales  de las Juntas de Acción Comunal porque si bien la JAL  significó casi la institucionalización de las juntas de acción comunal, las juntas comunales  eran una autoridad en el barrio y eran el factor de interlocución del Estado en los barrios  por eso estaban reglamentadas por el Estado, eso la hacía tener  un pie en el Estado  pero eran autónomas  y representaban  la expresión directa de la comunidad.
Sin embargo,  con la intención de ampliar la democracia se crearon las JAL  y lo que sucedió después  fue que todos los líderes de la acción comunal pasaron a ser aspirantes de las JAL. Todas las gestiones y la representación se la  quitaron a la junta comunal y fueron a reclamársela a los ediles a quienes les  cayó una cantidad de demandas de las comunidades  para los cuales no tienen función.  Los ediles terminan quemándose  porque   no pueden responder a las  demandas de  la gente teniendo en cuenta que  su poder de incidencia en el Estado es casi cero, aunque   cuando son comuneros en otras ciudades grandes inciden mucho más.
La junta comunal terminó  abandonando  sus espacios naturales de sociedad civil porque se le redujo funciones de autogestión y gestión  a la sociedad civil y se aumentaron  las funciones de gobierno hasta los espacios más bajos, sustituyendo a la gente. Lo que debe hacer la democracia participativa es trasladar poder a la comunidad y reducir ahí si el tamaño del Estado. Los neoliberales reducen el tamaño del Estado recortando funcionarios, los demócratas avanzados reducen el Estado trasladando las funciones del Estado a la sociedad civil esa es la aspiración, ese es el ideal.

EP. ¿Qué ambiente de participación encontró en Valledupar?
M.C. Yo creo que es un primer paso, yo hubiera deseado mucha mas representación, pero hubo dificultades, primero que las fechas de consejo territorial estaban encima y se adelantó una semana para que pudieran coincidir con la fecha del consejo territorial.  Queríamos cambiar la forma de elegir lo que es la representación de la sociedad civil en la democracia participativa directa, que normalmente es un canto a la bandera,  que no se da importancia.
Esa intención de hacer algo distinto de hacer algo allí, hizo que la convocatoria  no tuviera  el tiempo y la difusión suficiente  aunque se hizo por todos los medios que hubiéramos esperado pero al mismo tiempo incide en que la gente no cree en estas cosas. Mientras se lo va deglutiendo para que entienda que  no son llamados demagógicos pasará un tiempo así que  hay que entender esto como un primer paso, fue un buen ejercicio dentro de las posibilidades que teníamos de tiempo.  Muchos sectores no se hicieron presentes entre ellos, el de  la educación, salud, los gremios, jóvenes, muy pocos sectores de la cultura. Creo que todavía no se han apropiado del Plan de Desarrollo.
Creo que toca  juntar educación y formación de los lideres  para que también participen en la democracia directa porque  un ciudadano, un líder social tiene que formarse para formar a su comunidad.  Vamos a esperar a que  salga la Asamblea de Delegados que estamos esperando que sea como un parlamento ciudadano comunitario y  social  para  que sea la que oriente a su Consejo Territorial de Planeación para  interlocutar  y concertar con las autoridades de la Alcaldía autónomamente desde su mirada del desarrollo. En esa formación la gente verá qué es un plan de desarrollo y podrá establecer la diferencia entre  pedir una alcantarilla a pedir y visualizar la Valledupar que queremos. Son cosas que van más allá de la inmediatez de mi necesidad, aunque obviamente hay que partir de ella porque de ahí parte la participación.

Clases de participación
Hay tres formas de participación: participación ciudadana que se ejerce mediante el voto, siendo candidato a unas elecciones, vigilando el accionar de la autoridades; la participación comunitaria que se realizan en espacios de comunidad  cerrada para defender un derecho particular y la  participación social es un espacio donde va a pensar el municipio a cuatro años y los planes y programas que van a ser elevados a condición de políticas públicas, es decir, políticas que van a marcar toda una época a toda  la comunidad y no a una parte de ella.
Las tres son complementarias y  se necesitan porque tienen sus debilidades. La participación ciudadana puede ser individualista, la participación comunitaria puede concentrarse en problemas muy particulares de un sector de la comunidad y no ver el conjunto de la sociedad, y la participación  social, puede  estar hablando mucha “paja”  sobre grandes temas y no tener  ninguna comunidad que lo soporte y  se vuelve un tecnócrata,  un burócrata social que está hablando de grandes temas, pero no está representando ni a la  participación comunitaria ni  la ciudadana.

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