Por: José Félix Lafaurie Rivera*
@jflafaurie
Era de esperarse la nueva embestida de León Valencia. Quedó muy afectado después de mis dos columnas, en las que quedó al desnudo la falsa moral con la que juzga a Fedegán y a la ganadería, después de su larga carrera criminal. Lo desafortunado de su artículo en Semana, es la falta de rigor que vuelve a exhibir guiado por un ánimo vindicativo. Nada afecta más a la izquierda radical, que sus crímenes queden expuestos. Por eso, en su guerra política contra todo aquel que pueda desafiar su impunidad, no hay terrenos vedados: medios, estrados judiciales y la misma política activa. Es su forma de extrapolar lo que aprendió en la guerrilla: combinar todas las formas de lucha.
Lo grave no es que use una fuente ampliamente desprestigiada –como el tal Hernán Rodríguez– sino que en su afán por atacarme, ignora la sintonía que me genera con miles de ganaderos, afectados por 30 años de violencia del ELN. El grupo narcoterrorista del que se ufana haber sido parte como miembro del COCE, es decir, su comando central. Una instancia que decidía crímenes de lesa humanidad. Pero ayer desde la selva y hoy encubierto, en su cuestionada posición “académica”, sigue señalando a dedo y arruinando, sin éxito, la honra de quienes hemos construido una trayectoria en la decencia y la legitimidad.
No debo explicaciones a Valencia, pero sí voy a rectificar su muy errada argumentación. Para empezar, Hernán Rodríguez no es más que un personaje comprometido en una defraudación a más de 1000 ganaderos, durante la construcción de Frigocasanare. Un proyecto sentido para la región, que terminó en demandas ante la Fiscalía. Un tinglado de dineros e intereses que la Supersociedades y la Superfinanciera atajaron, al congelar una parte de los fondos comprometidos. Fedegán-FNG se negó a participar de ese despropósito, como sí lo hizo la alcaldía de Nunchía, lo que constituye un peculado. No sé si exista Confegan, pero a sus afiliados deseamos suerte, para evitar posibles futuras estafas, como también sucedió con un distrito de riego promovido por el personaje.
En cuanto a sus infamias en relación con la parafiscalidad ganadera –para que de las calumnias NO quede algo– es sabido que por la Ley 89 de 1993, los recursos del FNG no son de manejo discrecional de Fedegán. Sólo los administra y tienen destinación específica. Las inversiones las autoriza su Junta Directiva, presidida por el Ministro de Agricultura, única instancia con veto. Como Presidente del gremio, sólo participo como uno de sus 10 miembros y no obro ni como representante legal –no manejo un peso– ni como parte de su estructura.
Es falso que exista una demanda de Colpatria contra el FNG. El destino de Friogán no depende de Fedegán ni de su Presidente ejecutivo. Es una sociedad anónima –resultado de la fusión de 5 frigoríficos– con una Asamblea de más de 800 socios, entre los cuales no figura Fedegán. En cuanto al Fondo Ganadero de Córdoba es una sociedad anónima, con recursos de particulares y del Estado, autónoma e independiente de Fedegán, que se rige por sus estatutos y órganos de dirección y administración. Sólo esperamos que sus directivos sepan explicar el despojo del cual se le acusa.
Entre tanto, le recuerdo a Valencia que él sí le debe explicaciones al país, asociadas con su pasado criminal. ¿O ya olvidó las denuncias de Rafael Simanca, guerrillero desmovilizado, que lo vinculan con crímenes de lesa humanidad, entre ellos los secuestros de ganaderos como Rafael Romero, Hernando Romero o del ciudadano turco Avabdid? El resto de las afirmaciones de Valencia, hacen parte de sus pretensiones, poco exitosas, por criminalizar a Fedegán y a su Presidente con el paramilitarismo. Y, dado que no le funcionó, ahora lo intenta con una acusación por corrupción. Amanecerá y veremos.
*Presidente Ejecutivo de FEDEGÁN