De nada valieron los llamados de atención de las autoridades que desde el nivel nacional, regional y local quisieron evitar accidentes e incidentes fatales generados por enquistada y tradicional mala práctica de hacer tiros al aire para recibir el año nuevo.
En el Cesar, específicamente en el municipio de La Paz, ocurrió una tragedia por un tiro al aire que acabó con la vida de una mujer de 44 años que transitaba por una de las calles de esa población, cuando una bala perdida se alojó en su pecho, originando su muerte de forma instantánea.
Las balas perdidas acabaron con la vida de 48 personas en las fiestas de fin de año en todo el país, según un informe presentado por el director de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino. Es lamentable que estos casos sigan ocurriendo y aunque hay que reconocer que en Valledupar disminuyó esta práctica en la fiesta de fin de año, no se conoce cómo fue el comportamiento en los demás municipios del Cesar. ¿Sucedió algo igual o continuó la costumbre?
Es una tarea para la Policía Nacional, porque así como lo expresó el Director Nacional de la institución, “es un absurdo que quienes tienen autorización para tener armas las usen de forma indebida”. El hecho de tener un arma con salvo conducto no exime al ciudadano que haga tiros al aire de las sanciones establecidas en la Ley de Seguridad Ciudadana, que fue presentada por el Gobierno Nacional para castigar entre otras, esta práctica.
Hacer disparos al aire es un delito y genera sanciones penales, que van desde la privación de la libertad de uno a cinco años de cárcel. ¿Aun así siguen haciendo tiros al aire sin saber a quién o quiénes van a afectar?
El caso ocurrido en La Paz debe ser el reto de las autoridades para encontrar al responsable de esta muerte y ejemplarizar con la aplicación de la ley al responsable de este homicidio.
No hay que cesar en la aplicación de la ley y en la difusión de la misma, especialmente en que existen recompensas de hasta un millón de pesos en cada caso.
Las autoridades tienen una gran herramienta como es la Ley de Seguridad Ciudadana y no deben dudar en su aplicación. Las cifras indican que hace falta mayor control, pues no en vano 258 personas resultaron heridas en 2013 por balas perdidas.
Recordemos –como dijo el General Palomino- que “toda bala perdida al regresar a tierra está potencialmente en condiciones de quitar una vida, de causar una muerte”.