Pertinente y muy importante el foro organizado por la Caja de Compensación Familiar del Cesar, Comfacesar, denominado “Cesar Económicamente Sostenible”. Las ponencias presentadas por Alejandro Reyes, Jaime Bonet Morón y José Antonio Larrazábal, describieron las tendencias económicas y geopolíticas que muestra el contexto internacional y la situación económica del departamento del Cesar y Valledupar, con sus respectivas estrategias e impactos, para despertar con acciones la economía del territorio.
El primer abordaje emprendido por Comfacesar tiene como objetivo la construcción de espacios de diálogos que aporten en lo económico y social de Valledupar y del departamento. Es ineludible que estas iniciativas resuenen los tímpanos de la clase política, académica, gremial y ciudadanía, para que los encargados de las famosas políticas públicas no desaprovechen los insumos aportados por estos procesos.
Gastón Berger, uno de los fundadores de la prospectiva, la definió como “la ciencia que estudia el futuro para comprenderlo y poder influir en él”. En ese sentido debemos pensar en nuestro territorio, con el fin de pasar del diagnóstico a la ejecución estratégica. Se requieren gobiernos y gobernantes que entiendan una misión importante, que consiste en plantearnos las siguientes preguntas: ¿dónde estamos?, ¿de dónde venimos?, ¿para dónde vamos?, ¿hacia dónde queremos ir? y ¿hacia dónde podemos ir?
Es peligroso continuar la senda de atender lo urgente en vez de trabajar por lo importante. Es momento de construir un Plan Estratégico de largo plazo (30 o 40 años), con base en un ejercicio metodológico que requiere la intervención de profesiones multidisciplinares, exalcaldes, participación interinstitucional, herramientas y capacidades de comunicación con articulación con el orden nacional, para planificar y gestionar el territorio, con el fin de identificar las potencialidades, limitaciones y tendencias que propicien una nueva cultura con acciones concretas de forma sostenible, viable y eficiente.
Las lecciones de la bonanza algodonera y el ‘boom’ del carbón deben servir como variables de reaprendizaje. Ambos fenómenos surgieron por las bondades de la naturaleza, pero carecieron de una estructura estratégica que tuviera la posibilidad de trascender hacia la agroindustria o desarrollo mediante el buen uso y aprovechamiento de las regalías.
Una tarea irresoluta es la definición de la vocación económica de Valledupar y del Departamento, en aras de identificar fortalezas reales, para construir escenarios probables y estrategias para atraer la inversión. Debemos ser conscientes de nuestras debilidades, en especial, el aislamiento geográfico.
No son fáciles de resolver los problemas de inseguridad, desempleo, movilidad, transporte público, ordenamiento territorial, cultura ciudadana y discontinuidad en la prestación de los servicios públicos. Solucionar estos problemas en cuatro años es prácticamente una causa milagrosa, insistir en esa proeza garantiza pasaporte al fracaso. La capacidad de mirar a largo plazo es una señal importante, incluso del periodo preelectoral. Los cambios en los territorios no se detienen, son sistemas en constante evolución, el nuestro convive con fragilidades urbanas, caracterizado por las encrucijadas actuales, relacionadas con los desafíos de las ciudades, inherentes al crecimiento demográfico, el cambio de su estructura, el cambio climático acelerado, la creciente desigualdad y la habitabilidad deficiente.
Luis Elquis Díaz
@LuchoDiaz12