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Termoeléctrica ¿Si o No?

Hace varios días se realizó en la sala de juntas de la Gobernación del Cesar una reunión para promover la construcción de una termoeléctrica -que al parecer avanza muy bien- en el municipio de El Paso, Cesar. En este momento cuando el mundo está avanzando hacia la reducción paulatina del carbón térmico y el petróleo como fuentes de energía, la Gobernación del Cesar decidió impulsar una termoeléctrica a base de carbón. ¿Es lo deseable?

Es bastante paradójico esto. Pero no es sencilla ni fácil la posición que debe tomar el gobernador o el alcalde de El Paso. Claro que se deben impulsar los esfuerzos del sector privado que están invirtiendo en granjas solares en el Cesar y La Guajira, lo cual lo ha hecho bien la administración departamental en su jurisdicción. La Secretaría de Agricultura del Cesar, que lidera Carlos Eduardo Campo, está impulsando un programa de energía solar para extender la electrificación rural. Se podría pensar entonces que la Gobernación se está contradiciendo en su mensaje: Por un lado, impulsa con sus recursos y trabajo las energías limpias, pero al mismo tiempo impulsa una termoeléctrica.

Sin embargo, una termoeléctrica en El Paso sería un gran avance en el desarrollo de este municipio minero. Las explotaciones mineras pagan o muy poco, o nada de impuestos locales, como el predial o el de industria y comercio. Entonces, que llegue una industria que además de generar empleo formal, pague impuestos, es algo que no se puede ni debe dejar pasar ni detener.

Según la revista Forbes entre 2007 y 2016, se cerraron 557 plantas termoeléctricas solo en los Estados Unidos. Según esta misma publicación, hoy en día es más costoso montar una termoeléctrica que una granja solar o una eólica como la de Jepirachi en la Alta Guajira. Es más costoso mantener abierta la termoeléctrica, que hacer una inversión nueva. A esta situación, se suma que el Banco Mundial anunció su decisión de no volver a participar en la financiación de proyectos de petróleo y carbón.

El Cesar ha sufrido y seguirá sufriendo por los efectos del cambio climático. Cuando no es un verano inclemente de dos años, es un fenómeno de La Niña que arrasa con todo, que es generado por el efecto invernadero, producido entre otros elementos, por el carbón que se produce en nuestro departamento, pero se quema -ojalá pronto podamos decir que se quemaba – en los países industrializados. A pesar de todo el desarrollo económico y el resurgir de la clase media que trajo el carbón al Cesar, los efectos medio ambientales locales no hace falta recordarlos.

Quizás la Gobernación debería seguir por el camino del desarrollo de las energías limpias, y no atravesarse ni ponerle problemas a la termoeléctrica de El Paso. Pero ¿se debe promover una Termoeléctrica en estos tiempos de cambio climático?

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