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“Tengo 60 hijas y a todas las quiero”: Olga Pumarejo

Olga Helena Pumarejo, directora Casa de la Niña ‘Pilar Maestre de Gutiérrez’. Foto de Mary Otero/ EL PILÓN

Olga Helena Pumarejo, directora de la Casa de la Niña, habló con EL PILÓN sobre el pasado, presente y futuro de esa fundación sin ánimo de lucro que trabaja por mejorar la calidad de vida de 60 menores vulnerables.  

Para esta mujer, la fundación que atiende a niñas desamparadas, es un legado de familia, que inició su abuela Olga Riaño de Valle, siguió su madre Josefina Valle de Pumarejo y que ahora está en sus manos. 

EL PILÓN: ¿Cómo nació la Casa de la Niña?

O.H.P: Con mi abuela Olga Riaño de Valle, que la fundó en abril de 1970. Ella al ver tantas niñas desatendidas a cargo de personas que no les prestaban la atención adecuada, se le vino el pensamiento de crear el hogar de la niña. La primera sede que tuvo fue en el barrio Primero de Mayo, después se pasó para acá (barrio Los Mayales). 

E.P: ¿Con qué recursos se sostiene esta casa?

O.H.P: Con lo que aporta el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y las personas de buen corazón que también hacen sus aportes. 

E.P: ¿Qué tipo de niñas llegan a esta casa y por qué? 

O.H.P: Niñas vulnerables y necesitadas que no tienen mamá. Algunas que viven con su papá, otras con su padrastro o los abuelos que no las pueden cuidar. 

E.P: Usted como ama de casa, ¿cómo hace para atender a su familia y no descuidar a estas niñas? 

O.H.P: Consideró que tengo 60 hijas y a todas las quiero. Claro, tengo mi esposo y mis tres hijos, pero casi todo el tiempo se lo dedico a ellas. 

E.P: ¿Son suficientes los apoyos que recibe la Casa de la Niña?

O.H.P: Ojalá que me apoyará la Gobernación, la Alcaldía y las personas del común que quieran ayudar, porque necesitamos las ventanas, cielorraso para el comedor, pintura y juegos didácticos para las niñas, principalmente los columpios que están deteriorados. 
Aquí se reciben niñas de todo el departamento de Cesar, me gustaría ampliar más, pero no se puede por la falta de recursos. 

E.P: ¿Cuánto tiempo puede permanecer una niña bajo su cuidado? 

O.H.P: Pueden pasar toda su infancia aquí, sin problema. Pueden llegar desde los 5 años hasta los 14 o 15. Aquí hay primaria desde preescolar hasta quinto de primaria. 

E.P: ¿Hay alguna niña que no ha podido olvidar por su historia de vida? 

O.H.P: Cada una tiene su historia y yo me encariño con todas ellas, las quiero mucho. Hay unas que no tienen papá, ni mamá y otras tienen, pero drogadictos;  la mayoría están solas en el mundo y eso me enguayaba. 

E.P: Después que salen del hogar ¿qué pasa con las menores?

O.H.P: Muchas han vuelto aquí para darnos las gracias. Y dicen sino hubiese sido por la señora Olga quizás qué hubiese sido de ellas, de pronto tuvieran un mal camino. Les enseñamos buenas costumbres y buena moral para que sean mujeres dignas. 

E.P: Después de tantos años de lucha ¿qué la motiva a seguir liderando la Casa de la Niña?

O.H.P: Yo soy feliz ayudando a la niñez, esa es mi ilusión, me gusta, me nace, lo hago con cariño y soy feliz ayudando a las niñitas hasta donde puedo. 

E.P: En la Casa de la Niña ¿se puede vivir una infancia parecida a la de cualquier niña común? 

O.H.P: Hacemos lo posible, aquí hacen educación física, trabajos manuales, van a la iglesia, estudian y se recrean como en cualquier colegio. Disfrutamos y celebramos las fechas especiales. A pesar de las dificultades tienen buena calidad de vida. 

Por Martín Elías Mendoza 

Categories: Comunidad
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