Hace 68 años, a la 1:05 PM de un viernes 9 de abril de 1948, fue asesinado el caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, tres disparos partieron en dos la historia de Colombia. En pleno centro de Bogotá quedó herido de muerte el más importante líder y jefe liberal de nuestra historia. Nadie se acordó de esa fecha. Qué lástima.
Cuando los historiadores examinen los acontecimientos ocurridos durante el largo período de agitación que se inician en Colombia en el año 1948 y cuya culminación no ha vivido el país, encontrarán como hecho explicativo de fundamental importancia de la brusca aparición en la vida nacional de la violencia y sus consecuencias hasta hoy día.
A mí, el 9 de abril me cogió de seis añitos, y por supuesto, no me acuerdo de mayor cosa, salvo de vagas memorias infantiles de varios años después cuando los recuerdos y anécdotas de mis mayores me fueron aclarando la magnitud de la tragedia. Lo cierto es, quiérase o no, el 9 de abril es la condena de los odios, de las exacerbaciones políticas. También es, a mi juicio personal, el hecho de mayor trascendencia del siglo XX.
El siguiente tema es: el periodista Felipe Zuleta Lleras en una de sus columnas del diario El Espectador, comenta palabras más palabras menos, “no suelo escribir las columnas con rabia, entre otras cosas, para no cometer injusticias, pero en lo que tiene que ver con los políticos pícaros dueños de estas empresas (refiriéndose a los que manejan la alimentación de los niños para las escuelas) y fundaciones, sólo puedo decirles una palabra: malparidos”. Estas palabritas de igual manera se la diría yo a todos aquellos funcionarios vinculados a entidades oficiales de esta ciudad que entran con el único fin de robar, chantajear, sobornar, mermelear, y hacerse ricos a costillas no sólo del erario sino de los contratistas y no contratistas a quienes los someten al 30 % y si no, algo les quitan. ¡Qué vagabundería!
No estoy en contra del homosexualismo, ni soy machista, pero en lo que sí no estoy de acuerdo es en la decisión de la Corte Constitucional de aceptar que las parejas del mismo sexo tengan derecho a unirse en matrimonio.
Rechazo esta decisión por ser un hecho asqueroso y reprochable. Me parece desastroso e inaceptable que le estemos quitando los cimientos a la sociedad. Como tampoco estoy de acuerdo sobre la posibilidad de que estas parejas del mismo sexo puedan adoptar un hijo. Qué se imaginaría un niño al ver a sus “papás”, dos hombres, besándose o haciendo el amor. De verdad que me da miedo este tema.
Ojalá los policías presten mejor servicio por los lados de la Universidad de Santander –UDES-. Hay muchas quejas de inseguridad del sector y los estudiantes son atracados permanentemente. Ojalá el coronel tome atenta nota a esta solicitud.
Darle las gracias a mi amigo, el doctor Zalabata, director de Tránsito, por acoger algunas de mis propuestas y al mismo tiempo solicitarle si es posible, instalar unos reductores de velocidad en la calle 15 con la carrera 6ª y en la calle 16 con la carrera 6ª, entradas a la Plaza Alfonso López.
POSTDATA: Asistí el lunes al balance de los primeros 100 días del gobierno de Franco Ovalle Angarita.
Extraordinario. Un informe completo, serio y transparente. A este gobernador le cabe en la cabeza el departamento del Cesar. Tenemos un gobernador de talla que actualmente ocupa el segundo puesto entre los mejores gobernadores del país. En la próxima columna me referiré a su gestión.