La detonante mezcla entre música, droga, sexo y alcohol, al parecer, sigue presentándose en los encuentros juveniles de Valledupar.
A través de las redes sociales se observa cómo los menores crean grupos para convocar a las fiestas denominadas ‘Tardeadas’, que llegaron a esta capital desde hace más de seis años como espacios de diversión, pero con el paso del tiempo se tornaron maléficas, al ingresar en ellas sustancias perjudiciales para la salud de los menores.
En las horas de la tarde de ayer se realizó una que llevó por nombre ‘camisetas mojadas’ y que, según información suministrada por un joven que asistió a estas reuniones clandestinas, crean una imagen de buena rumba, pero finalmente buscan vender drogas que lleven a los adolescentes a hacer ‘locuras’.
A las 2:00 de la tarde se programó iniciar la Tardeada de ayer, con cover desde tres mil pesos para hombres. La ‘moral’ (palabra que hace parte del lenguaje de los menores que asisten a estos eventos) estaba alta, tanto que afirmaron “ir con todo”.
Aunque las autoridades argumentan que este tipo de encuentros, donde aparentemente también se prostituyen a las niñas, ya no se realizan de manera frecuente o igual como antes de las denuncias realizadas por EL PILÓN, pero si se realizan citaciones a cada momento.
El secretario de Gobierno Municipal, Carlos Mario Céspedes, especificó que el golpe más fuerte a estos encuentros se realizó el año pasado.
El funcionario agregó que en un lote a las afueras de Valledupar se decomisaron dos picós, uno de ellos era de Barranquilla. En ese operativo el mayor Padilla decomisó motos, y desde entonces en ese sector no se presentó más este tipo de eventos.
Con respecto a estas fiestas clandestinas en distintas partes de la ciudad, Céspedes recordó que las autoridades proceden dependiendo a las informaciones que les llega, por tanto solicita la colaboración de la comunidad para denunciar y poder hacer la intervención inmediata.
Acciones policivas
En junio de 2014, Jaime Padilla, jefe del grupo de Protección de la Policía de Infancia y Adolescencia, manifestó que se adelantaban acciones para disminuir ese fenómeno que era tedioso debido a que estaban involucrados menores. Además, informó que se necesitaban pruebas contundentes para enjuiciar a los que están detrás de las Tardeadas.
Hoy, seis meses después, el oficial Padilla especificó que la situación ha disminuido, y cuando se presentan informaciones sobre nuevas Tardeadas, las autoridades hacen presencia.
Por otra parte, también se conoció que los lugares donde se llevarán a cabo dichos encuentros, podrían tener complicaciones con la ley y se les haría extinción de dominio y para ellos las autoridades ofrecieron recompensas. Sin embargo, aún se espera pronunciamiento por parte de la Alcaldía de Valledupar.
¿Y los líderes?
A finales de mayo de 2014, la Policía Cesar afirmó que tenían identificados a los líderes de estos polémicos encuentros. La judicialización de estas personas se haría efectiva con la recolecta de información o denuncias de los padres de familia y jóvenes que hicieron parte de estos eventos, sin embargo, hasta hoy se desconocen estos procesos judiciales.
Las autoridades habían revelado que alrededor de ocho jóvenes entre los 18 y 26 años, que tendrían orden de captura por suministrar drogas a estudiantes y por ser proxenetas, serían judicializados.
Pero, ¿qué pasó con los jóvenes? El uniformado Padilla aseguró que estos procesos están en conocimiento de las autoridades competentes y se están compilando pruebas.
“Cada vez que nos llega información vamos y verificamos el lugar”, aseguró el Intendente.
El destape
A principios del año pasado EL PILÓN hizo un minucioso seguimiento a este fenómeno que, aunque era de conocimiento de autoridades policivas y municipales, nada se había hecho al respecto para contrarrestarlo por ser menores de edad los implicados, a quienes protege la ley de Infancia y Adolescencia.
El 27 de mayo este medio hizo la primera publicación sobre las Tardeadas, en el que se relató detalladamente lo que sucedía dentro de una de estas fiestas clandestinas.
Los eventos que han causado que los menores se escuden en los uniformes de sus instituciones educativas para así tener facilidad de escape, fueron analizados por la unidad investigativa de EL PILÓN, que encontró que las ‘rebeldes’ fiestas se organizaban en casas de campos, casas en la zona urbana u otros sitios privados, en donde se reunen hasta mil menores.
Manillas de varios colores son utilizadas en estos sitios con el fin de identificar a las personas dispuesta a tomar solo alcohol, consumir droga, tener sexo o las tres cosas a la vez. Es así como comúnmente utilizan los colores de semáforos. El rojo indica que va en modo sano, el amarillo que consume algunas de las cosas planteadas y el verde que tiene vía libre para todo.
EL PILÓN también encontró que dentro de las Tardeadas se entregan, junto con el cover, condones, donde asisten niños y niñas de escasos 12 años y máximo 20.
En su momento, las autoridades expresaron que esto hacía parte de la mafia dedicada a la venta de drogas, que buscaban la manera de envolver a los chicos en este mundo, pero no como expendedores, si no como consumidores activos. Por lo que se habló de una red de microtráfico.
Estos preocupantes acontecimientos tuvieron eco una vez EL PILÓN hizo una serie de publicaciones sobre el tema que comenzó a hacer parte del lenguaje vallenato y que no se dejó de hablar de él durante casi dos meses.
En dicho tiempo, las autoridades municipales, especialmente la Secretaría de Salud y Policía de Infancia y Adolescencia comenzaron a intervenir en las instituciones educativas de la ciudad, vigilaban los posibles sitios de encuentros para bloquear las fiestas y encontrar a los presuntos responsables.
Debido a que las Tardeadas podrían reforzarse, las autoridades especificaron que las charlas educativas para prevenir a los jóvenes sobre este y otros acontecimientos que ponen en riesgo su bienestar, seguirán activas.
Las actividades pedagógicas se realizarán de la mano de la Administración Municipal.
El secretario Céspedes manifestó que con la Secretaría de Educación, Policía y Ejército realizan campañas preventivas sobre este y otros temas.
El dialecto
Los menores que asisten a este tipo de eventos tienen su propio dialecto, que a la vez sirve como una especie de códigos. Usan términos como: moral, chirri, garu, rady, QQ, perreos, bellaqueos, visaje, en la buena, entre otros.
Por Merlin Duarte García/El Pilón
merlin.duarte@elpilon.com.co