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Tanta pantomima para elegir Fiscal

Con la Constitución de 1991 nacieron algunas instituciones jurídicas y sociales de gran valía y otras de no mucha; el Estado pasó a ser una democracia participativa en vez de representativa, nació a buena hora la Corte Constitucional y el más importante mecanismo de protección de derechos, la Tutela y, en mal momento, el Consejo Superior de la Judicatura, organismo que hoy, gracias a Dios, se encuentra en sus últimos estertores; también nació la Fiscalía General de la Nación, como ente adscrito a la rama Judicial del poder público encargado primordialmente de investigar las conductas punibles y acusar a las personas ante la justicia penal.

Pero digamos de una vez que la tan cacareada independencia de la Fiscalía jamás ha existido, porque ¿a quién se le ocurre que si según el Artículo 249 de nuestra Constitución “…El Fiscal General de la Nación será elegido para un período de cuatro años por la Corte Suprema de Justicia, de terna enviada por el Presidente de la República…”, se puede predicar una real independencia sobre estas dos ramas del poder público que intervienen en su elección (Ejecutiva y Judicial)?

Ahora que algunos gobernantes le pretenden vender al país la falacia de un remedo de meritocracia, ha salido el Presidente de la República con la ridícula idea de efectuar una convocatoria pública para conformar la terna que constitucionalmente debe enviar a la Corte Suprema, pero lo peor es que 155 abogados le hayan seguido el juego inscribiéndose en la tal convocatoria, algunos para que su nombre saliera en los medios, lo que llamamos sonar por sonar, otros para congraciarse con el ejecutivo y hacerle la segunda al del guiño, muchos en un acto de franca estupidez.

Al momento de escribir estas líneas el Presidente saca debajo de la manga o del sombrero, no una carta o un conejo, sino una lista de 16 candidatos preseleccionados, en la que fueron descabezados más de una centena de juristas, no se sabe por qué causas; me imagino que a algunos por la estatura, a otros por el color, a otros por la ideología, a otros por la raza… ¡averígüelo Vargas!

Pero todo el país hace rato sabe quién va a ser el investigador de los próximos cuatro años; es lo que llamamos un secreto a voces, y el pueblo lo único que pide es que el ungido no “pele el cobre” como el anterior, o que por lo menos disimule un poco su parcialidad y a quién es que le va a hacer el mandado, pero sobre todo lo que queremos los colombianos es que simplemente se dedique a cumplir sus funciones y no a meterse en asuntos que no son de su competencia.
Hace rato el Presidente ha debido enviar a la Corte al Fiscal, a Néstor, el comodín, y a una mujer, para cumplir la Ley de cuotas y dejarse ya de tanta pantomima.

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Jorge_Nain: