Estamos en los tiempos en los que en Colombia se habla de “potencia mundial de la vida”, frase que tiene una gran connotación en todos los aspectos de un país considerado uno de los más alegres del planeta, cuyos habitantes también son reconocidos entre los más felices del mundo.
Ser reconocidos como “potencia mundial de la vida” es uno de los propósitos ambiciosos del Gobierno nacional y tal vez se olvida que internacionalmente somos fuertes con nuestras riquezas culturales, son muchas las regiones de Colombia ricas en expresiones folclóricas, en especial Valledupar hace un gran aporte al país en material de cultura.
No obstante, esa riqueza cultural de Valledupar y la región, representada en el Festival de la Leyenda Vallenata y demás festividades de otros municipios, tal parece que eso para el presidente Petro no es de suma importancia, lo cual quedó evidenciado en el pasado festival, cuando nuestro mandatario nacional vino a esta capital de entrada y salida a un evento específico de carácter económico y nada le importaron nuestras magnas fiestas folclóricas que estaban en pleno desarrollo en ese momento.
Traemos a colación el tema porque precisamente este 22 de agosto es el Día Mundial del Folclor, fecha con la que se busca rendirle homenaje a las principales manifestaciones artísticas y a la cultura de los pueblos, la cual fue definida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, en el año de 1960.
Es la fecha establecida para valorar ese conjunto de costumbres, creencias, y tradiciones populares, declaración que se llevó a cabo durante el “Primer Congreso Internacional de Folklore”, realizado en Buenos Aires, Argentina, siendo la primera vez que se oficializó ese término.
Como dato histórico registramos que fue el escritor, investigador y arqueólogo inglés, Williams John Thoms, quien el 22 de agosto de 1846, utilizó el término “folklore”. Este concepto deriva a partir de las palabras anglosajonas: “folk” que significa pueblo, gente, raza, y de “lore” como saber y ciencia, que resumen “saber tradicional del pueblo”.
De cierto que el folclor lo constituye todo aquello que represente la expresión auténtica de un pueblo, esa gama de aspectos que abarcan sus tradiciones, leyendas, costumbres, música y danzas. Y de eso tenemos en abundancia en el ‘País Vallenato’, como lo han llamado personalidades tanto de aquí como de allá. Entonces ¿por qué no propender por el máximo impulso a nuestros valores?, algo que muchos países envidiarían y que a nosotros nos sobra en cantidad y calidad.
Ahí les queda esa tarea a todos los dirigentes políticos cercanos al Gobierno nacional, y de otras esferas, para que hagan entrar en razón al presidente Petro sobre la verdadera dimensión de nuestra cultura. Aquí hay suficiente materia prima para fomentar esa gran potencia mundial de nuestro folclor. Que entienda el mandatario que el folclor también es vida, y por ello, en ese sentido debe echarle una mirada a Valledupar.