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Tala de árboles, un problema que crece frente a la indiferencia gubernamental

Valledupar fue reconocido por la UNESCO en 1979 como Reserva de Biósfera, un título que envidiarían en cualquier parte del mundo.

Sólo en el año 2012 ingresaron 20 nuevas reservas de diferentes puntos de la tierra a la Red del Programa sobre el Hombres y la Biosfera, que son lugares designados por este organismo internacional como sitios de experimentación de diferentes métodos de gestión integrada de la biodiversidad y de los recursos naturales, bien sean terrestres, costeros marinos o de agua dulce.

Por lo tanto, estas reservas son sitios donde se experimentan y aprenden prácticas de desarrollo sostenible.

Con toda esta definición se esperaría una mayor conciencia por parte de los gobernantes y de la ciudadanía con las riquezas naturales que posee todo el territorio perteneciente a Valledupar. Sin embargo, tal como lo ha afirmado en un Comunicado a la Opinión Pública los miembros de la Red de Reservas del Cesar, sucede otra cosa, no solo en la capital cesarense sino en otros municipios del norte del Cesar, y por eso hoy lamentan y rechazan “profundamente las decisiones que han tomado las alcaldías de Valledupar, La Paz y Manaure para “modernizar” sus parques mediante la tala indiscriminada de árboles”.

EL PILÓN en su sección de comunidad ha publicado las denuncias de los habitantes de varios sectores de Valledupar, que asombrados por las talas, como ocurrió en el parque Los Cortijos, expresaron su preocupación por dicha situación. Aunque las autoridades ambientales explicaron los motivos de las talas, las comunidades siguen preocupadas, y ahora se suma el llamado de atención de la Red de Reservas del Cesar que no sólo llama la atención en Valledupar sino en los municipios de La Paz y Manaure, donde ha ocurrido algo similar en procura de la recreación en los parques.

Cada parte tiene su concepto y todos apuntan al bienestar común, pero no debe perderse el foco principal que es la conservación y preservación del medio ambiente, las riquezas naturales que hoy deben ser cuidadas como un tesoro, más cuando están comprobados los efectos por el cambio climático producto en gran medida de la devastación generada por el ser humano, problema al que el Cesar no es ajeno.

Por eso nos unimos a la alerta que hace esta Red y a la invitación que hace a la reflexión sobre el compromiso de los gobernantes y de la sociedad frente al medio ambiente. Solo en el caso de Valledupar el hecho de ser reconocida por la Unesco como Reserva de Biosfera, debería ser nuestra carta de presentación respaldada con un comportamiento ciudadano ejemplar hacia el medio ambiente, el cual necesariamente debe iniciar con el cambio de actitud de los mandatarios.

Si esto no sucede, estamos cada vez más lejos de las tendencias de la sociedad que se autovalora y se transforma con el debate sano e inteligente.

Categories: Editorial
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