Lo que conozco del director de Corpocesar, Kaleb Villalobos, es que es un buen funcionario y una gran persona, pero sobre todo he escuchado que es un hombre temeroso de Dios, y para mí, que soy un hombre creyente, significa esta su mejor cualidad, sin lugar a dudas.
La Corporación marcha sobre ruedas, a veces con algunos tropiezos como es normal, sin embargo, no está de más que se haga énfasis en algunos asuntos importantes, los cuales no se deben descuidar. Creo que el ente debería tener una presencia permanente en el balneario Hurtado, primero porque la cuenca del Guatapurí es muy importante, en su curso recibe varios ríos de la Sierra Nevada y a su vez es afluente del río cesar y este desemboca en la Zapatosa; segundo, por la gran cantidad de fauna y flora que allí habita y el riesgo que corren ante la gran afluencia de público, y tercero porque es uno de nuestros principales atractivos turísticos y obviamente debe ser preservado.
El otro día con extrañeza noté a dos pescadores tirando atarraya, en la red había besotes, bocachicos, barbules y doradas, sin ningún control allí mismo los descamaron y se los vendieron a una bañista, la verdad ignoro si esto es permitido o no, pero la verdad me parece que esta pesca debería ser regulada, o por lo menos verificar que los peces que están siendo comercializados tenga el tamaño ideal para consumo, también vi a unos niños jugando con icopor y desbaratándolo en el agua, lo cual es contaminación y de la peor.
Otra cuestión en la cual deberían aumentar sus esfuerzos es con respecto a la comercialización de la carne de animales silvestres en restaurantes de comida típica: Guartinaja, tortugas de mar y de agua dulce, entre otros son carnes que consigues con facilidad en reconocidos restaurantes, es más en algunos semáforos he visto a muchachos vendiendo huevos de iguana. Otro punto neurálgico es el aumento de aves invasoras, hay un ave de plumaje negro cuyo canto y rasgos morfológicos son muy parecidos a la María Mulata, pero mucho más pequeña, la cual ha llegado hasta estas tierras recientemente y las he visto comiéndose los huevos de otros pájaros e incluso pequeñas iguanas, lo cual hacen con gran voracidad, actualmente veo que llegan todas las tardes antes del anochecer hasta los arboles de uvito ubicados en las afueras de DPA, pero en cantidades sorprendentes, estas aves están desplazando y depredando a las endémicas.
Otra especie, pero de flora; que he visto proliferarse desmesuradamente, es la planta parasita conocida como pajarita que según tengo entendido llega un momento que aniquila el árbol invadido, por último, quiero recordarles lo de las quemas indiscriminadas, producto de la fabricación artesanal e ilegal de carbón, lo cual son dos crímenes ecológicos en uno, tala y quema. Conociendo la eficiencia del doctor Villalobos Brochell, sé que ya está tomando cartas en el asunto, pero escribo estas humildes y respetuosas sugerencias porque me importa lo que en mi región ocurre en torno al manejo y cuidado del eco-sistema.