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Suenan los tambores contra Afinia

La empresa Afinia Grupo EPM no esperó ni un solo día para sacar las garras y demostrar que es una compañía abusiva y despiadada, sus incalculables abusos están a punto de llevarnos a una guerra de connotaciones arcaicas. 

Sí. Ellos, administradores del cable eléctrico que suministra uno de los servicios más vitales y de difícil subsanación, están logrando al darle un manejo canalla a su señorío que se forme una bola de nieve que viene en su contra; el hecho de tener el poder de quitarle el servicio de energía eléctrica a un hogar de manera injusta, sin que les pase nada, está incubando el génesis de un estallido social, ¿Por qué?  Porque al cometer esta injusticia están inmediatamente enviando a los hogares a la época de las cavernas, desconectándolos del mundo moderno y llevados a un estado primitivo que conlleva a su vez comportamientos salvajes, mandan a florecer el troglodita interno, véase las ya comunes peleas entre usuarios y funcionarios de la empresa. 

Está más que comprobado que la transición de tajo de toda comodidad a una vida vetusta solo lleva por si sola a una guerra. Vale que recordemos la película “La Guerra del Fuego” donde exponen las batallas de exterminación entre el cromañón y el homo sapiens por un servicio vital de energía. 

Podría parecer para algunos temeraria mi comparación y hasta exagerada, pero, ya se están viendo destellos y banderazos de beligerancia entre usuarios y empresa, suenan los tambores, ya hay líderes organizando marchas y mandatarios enviando mensajes fuertes, y ese es el inicio, como todo gran problema empieza desde los pequeños sucesos.

Partamos de que cuando a un usuario le suspenden el servicio de energía no solo le están quitando un servicio público domiciliario simple, sino que lo están llevando a retroceder miles de años en la historia, lo están trasladando al estado del hombre de las cavernas aislándolo de la modernidad con difícil solución de momento.  (A un hogar si se le suspende el servicio de acueducto o del gas natural tiene más opciones, de fácil adquisición, para solucionar su problema de momento; todo es más cómodo que encontrar un suministro de energía alternativa que reemplace los beneficios que entrega la electricidad, esto los ubica como servicios más fáciles de subsanar). 

Privarte de la energía eléctrica es desprenderte de todo lo asociado a los años de conquista y trabajo científico que cada día avanza más para la comodidad humana, tan grave es que en estos momentos carecer de conectividad es limitar la educación y el trabajo, y sin estas dos, difícil es que un hombre puede actuar de manera razonable y solucionar. 

Vale también repudiar la presión y acoso sistemático que ejerce esta empresa sobre los usuarios.

Y bien. Esto no es una lavada de cara, ni una justificación, para los usuarios que no pagan el servicio o que se quejan por el pago de ello, porque hay que ser consciente que para tener este beneficio hay que pagarlo, pero, pagar lo justo, lo que de verdad se consume, a un precio razonable y no lo que determina esta empresa indolente que parece haber obtenido patente de corso para decidir a saltos de canguro el coste e incremento periódico del kilowatt, un precio que es trazado por ellos y  que solo los beneficia a ellos. Y lo que parece ser su estrategia maquiavélica al olerse la llegada de un nuevo gobierno que buscaría ponerlos en cintura, fue llevar el precio del Kwh a la frontera de los $1000 pesos para que cuando llegara una intervención al abuso, no los golpeara sino que los ubicara por encima de donde deberían estar, por eso el anuncio del nuevo gobierno de que el precio de las facturas bajarán de un 15 a un 20% el próximo mes, solo les puede estar causando risa porque la empresa se encargó todo este tiempo de ir inflando sus costos por encima del 50%, toda una invitación a la guerra. 

Esperemos que el gobierno haga un profundo análisis del tema junto a la CREG y los distintos actores políticos y sociales de la región para evitar una desgracia. ¡Ya no aguantamos más abusos!

@AndyRomeroCh

Categories: Columnista
Andy Romero Calderón: