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Subiendo a Perijá y su parque regional

En nuestra visita a la serranía de Perijá recordamos los esfuerzos que hace 40 años, en los años 80s,  se hacían para unir el Cesar al estado Zulia, Venezuela; de cómo se abrió el camino a Sabana Rubia, arriba de Manaure, en la gobernación de Pepe Castro, esperando que desde Villa del Rosario Venezuela se correspondiera con una vía similar que no se hizo. Más al sur los ganaderos de Codazzi se reunían con los de la rica zona lechera de Machiques Venezuela para hacer una vía de integración.

Subir a Sabana Rubia hoy permite encontrar el parque natural regional, declarado en el acuerdo 021 de 2016 por Corpocesar. Son 23.000 hectáreas de Manaure, La Paz y Codazzi. Es observar los últimos cerros de Venezuela en la frontera,  y hacia Colombia la majestuosidad cercana del cerro El Pintao, y,  prolongando las miradas hacia el occidente, la Sierra Nevada de Santa Marta.

Es apreciar, en su tránsito desde La Danta en Manaure, el desarrollo agropecuario; llegar a San Antonio a 12 kilómetros,  a una bella zona cafetera, que al poco, 8 kilómetros más, nos conduce a El Cinco, ya en niveles de los 2.000 metros sobre el nivel del mar;  transcurrido en campero algo más de una hora de camino, cuando se empiezan a ver las moras. Se aproxima el parque natural y reserva.

Es verificar cómo los recursos  del Ocad Paz vienen financiando  la vía en kilómetros pavimentados en cemento,  otros en placa huella, y se informa que más de $9 mil  millones se contrataron para la  pronta ejecución  del tramo San Antonio – El Cinco. Son buenas noticias.

Hay en la región potencial para el ecoturismo y, gracias a la paz que se respira, con el concurso de la organización Proaves, se desarrolla el avistamiento de aves como la especie el chamicero de Perijá, que atrae el interés internacional. La tranquilidad, el mejoramiento extraordinario de la vía de acceso,  el interés en el desarrollo  de Manaure y su comunidad campesina, y  de ONG como ProAves,  propiciará una mayor afluencia de gente y la necesidad de no descuidar su preservación.

Para lograrlo se cuenta con instrumentos como el plan de manejo del parque natural adoptado por la Corporación, en lo que respecta al municipio de Manaure, territorio por encima de los 2.600 metros sobre el nivel del mar, área que incluye el páramo que ha establecido a nivel nacional el Ministerio de Medio Ambiente.

Coinciden varias herramientas legales de protección, pues al tiempo hay declaraciones de parque natural, páramo y  zona de reserva forestal protectora fijada en la ley 2a de 1961. Por lo legal no es. La condición de parque natural prohíbe actividades agrícolas y ganaderas, mineras y comerciales; y en la zona hay evidencia de que esas actividades no se desarrollan, pero hay que mantener la atención en la regulación, el ordenamiento de futuras construcciones y la adecuada orientación y compromiso del visitante. 

Se abre el progreso, se afina la visión (¿podremos en el futuro ver la conexión vial con Venezuela?), pero cualquier cosa preservando, protegiendo. Manaure en su cabecera, que no está en el plano y no tiene la alternativa de pozos, sabe lo importante que es cuidar el agua de su sierra.

Categories: Editorial
Redacción El Pilón: