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Soñé que yo era el Rey

Por: Jorge Nain

Cuando se me ocurrió esta columna, me pregunté, como es posible que yo no haya compartido con ustedes, muchos de mis sueños, si realmente yo soy un empedernido soñador y soy de quienes piensan que definitivamente: soñar no cuesta nada.

Pues, les cuento que tuve un sueño bastante extraño, me ví celebrando la corona de Rey profesional del Festival Vallenato en la tarima Francisco el Hombre de la Plaza Alfonso López, el palo è mango estaba “taquiaito” de muchachos y no existía cobro alguno por entradas, los ricos estaban revueltos con los pobres, no había VIP, los periodistas cubrían el certamen sin ningún tipo de restricciones, ni pagos para acreditarse, mucha gente se rebuscaba vendiendo todo tipo de productos y se les veía mucha felicidad en los rostros, la policía no estaba al servicio de los organizadores del evento, sino velando por la seguridad de los ciudadanos, en fin un sueño muy raro.

El sueño se inició en el barrio primero de mayo, en la casa de Jairo y Lucho Suárez, estábamos debajo de un frondoso palo e mango en la puerta ensayando, ellos me acompañaban en la caja y la guacharaca, había una aglomeración de gente y yo tocaba el acordeón interpretando la puya “Pedazo de Acordeón” de Alejandro Duran, cuando terminamos de tocar la puya, salió de entre la multitud mi compadre Isaac león Duran y me dijo: -compadre, este año las reglas exigen que el Acordeonero tiene que tocar por lo menos una canción de su autoría, le respondí claro compa espere que yo traigo un son y un merengue de mi autoría, los tocamos y la gente correspondía con aplausos, bueno terminamos el ensayo y decidimos irnos a bañar a Hurtado, llegamos y en el río no habían cantinas, ni bares, mucho menos ruidosos equipos de sonido o “pick-up”, en el agua no se veían botellas ni bolsas plásticas, el Guatapurí estaba completamente cristalino y helado, como siempre.

Salimos y nos fuimos a la primera presentación que teníamos que hacer en un kiosquito de la plaza Alfonso López, el jurado estaba integrado por un acordeonero, un cajero y un guacharaquero, esa tarde teníamos que tocar solo el son y la puya, en el mismo kiosco estaban concursando Alberto Pacheco y Luis Enrique Martínez, se veían jovencitos y eran los más aplaudidos de ese kiosco, nosotros tocamos muy ordenaditos los dos aires y nos fuimos a descansar.

Al día siguiente nos tocaba interpretar el merengue y el paseo en otro kiosco, allí nos encontramos nada menos que con Alejandro Durán y “Colacho” Mendoza, quienes se veían sonrientes y muy alegres, Alejo me contó que hacía un año se había coronado Rey de Reyes y era muy extraño ver a “Colacho” sin sombrero, los acompañaban Cirino Castilla y Simón Herrera felices de tocar la caja para esos dos grandes.

El tercer día dieron el resultado de los cinco finalistas y yo estaba entre ellos, teníamos que enfrentarnos esa misma noche en la tarima Francisco el Hombre, me pareció muy extraño que no estaban en la final de acordeoneros profesionales ninguno de los juglares, ni Alejo, ni “Colacho” ni Luis Enrique, los finalistas eran todos nombres desconocidos, pero me llamó la atención uno que le decían Juancho, todo el mundo decía que él sería el ganador y yo me dije tengo que ganar, esa corona será mía; me contaron que el tal Juancho, ganaría porque le había ofrecido a algunos miembros del jurado compartir con ellos el premio y que eso ya estaba arreglado.

En mi sueño veía como me aplaudían cientos de indígenas arhuacos que rodeaban la plaza y al terminar de tocar los cuatro aires, se retiraron los jurados a deliberar, debajo de la tarima, al cabo de unos diez minutos subió a la tarima el presentador oficial Huber Claro Quintero, acompañado de la “Cacica” y dieron el resultado yo era el Rey, cuando empecé a gritar de alegría –soy Rey, soy Rey; mi mujer me despertó, -Que te pasa mijo.

Estaba completamente lavado en sudor y eufórico; de inmediato le conté a mi esposa lo que había soñado, ella sonrió y me dijo: -está bastante difícil que aprendas a tocar acordeón después de viejo, y mucho más que llegues a ser rey vallenato, lo que si se te puede cumplir de ese sueño es que con los vientos de cambio que se avecinan podamos llegar a tener una sociedad menos tramposa, unas ciudades más limpias, unos jurados más apegados a principios éticos, cultura ciudadana en el manejo y cuidado del medio ambiente, respeto a la vida y recursos públicos sagrados, le dije: –Ojala que los colombianos hicieran posible que Colombia dentro de poco sea la que soñé, pero yo también quiero ser Rey Vallenato, así sea en canción Inédita.

COLOFON:

El presidente Uribe en la inauguración del Festival dijo querer: “convertir a Valledupar, en una ciudad universitaria del vallenato, para que los estudiantes puedan venir, en vacaciones a aprender música vallenata” a mi realmente lo me hubiera gustado que dijera Uribe, es que el próximo presidente de Colombia le debe dar prioridad a la educación porque él se dedicó ocho años a priorizar la guerra.

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