Es lo que pedimos como voceros naturales de la comunidad. No vamos a analizar quién tiene la razón: si los profesores con sus justas o injustas peticiones o el gobierno con sus justos o injustos ofrecimientos. Aquí el tema principal son los más de ocho millones de estudiantes que en 35 días no han asistido a los salones de clases a recibir la educación que los formará como agentes cambio de Colombia.
Van 35 días de cese de actividades, 35 días en los que los niños y jóvenes se han quedado en la casa pagando por la diferencia de los adultos que no han sabido llegar a un consenso que beneficie a las dos partes. Podrían pasar otros 35 días, 70 o 365 días sin clases y no llegarían a un final feliz, porque no se van a poner de acuerdo. Sabemos que el tema laboral de los docentes colombianos arrastra deficiencias de décadas anteriores que no se van a solucionar este año con este paro, ni con otro que programe Fecode.
El tema es tan profundo que requiere una mesa permanente de diálogo, en la que se vayan zanjando diferencias, en la que se analicen bien las solicitudes de los profesores y los representantes del Gobierno Nacional expliquen bien qué se puede en el corto, mediano y largo plazo.
Qué vuelvan ya los estudiantes a clases. Que el mediador que pidió la Ministra de Educación al Ministerio del Trabajo sea asignado pronto y ayude a buscar soluciones y poner fin al cese de actividades de los maestros.
Es de conocimiento público que los 35 días no han sido infructuosos, hoy hay consenso en temas de inversión y política educativa, persisten aun las diferencias en los temas económicos, especialmente en lo referente a bonificaciones, primas extralegales y nivelación salarial. El Gobierno Nacional ha dado varias opciones que no satisfacen a Fecode, sabemos que tienen derecho a la protesta, pero también tienen el deber de educar, que merecen un justo reconocimiento económico que hoy no se hace.
Esperamos que la solución al paro de docentes sea pronto. Por el bien de los estudiantes, de los padres de familia, de los docentes, de todos los colombianos. Los salones de clases los esperan.