Con tristeza y mucha incertidumbre se ha recibido en el país la noticia sobre el estado de salud del Vicepresidente de la República, Angelino Garzón, hoy hospitalizado en una clínica privada en Bogotá por problemas neurológicos.
Sea esta la oportunidad para recordar los méritos personales de Angelino Garzón, un hombre de origen humilde, sindicalista de vieja data, de ideas de izquierda pero también muy amigo de la dirigencia de la iglesia católica de Colombia en virtud de su trabajo social y a favor de la construcción de la paz en el país.
Garzón es un hombre de una gran ascendencia en los sectores sociales, en el sindicalismo y en la izquierda democrática del país. Fue fundador y directivo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), al lado de Luis Eduardo “Lucho” Garzón y Jorge Carrillo, entre otros. A Garzón hay que reconocerle su trabajo por un sindicalismo democrático y propositivo, y también su gestión en distintos procesos de paz.
En 1991 fue elegido a la Asamblea Nacional Constituyente, en las listas de la Alianza Democrática M-19. Posteriormente fue Ministro de Trabajo durante el gobierno de Andrés Pastrana Arango, y luego elegido Gobernador del Departamento del Valle, gestión que coincidió con la del Presidente Álvaro Uribe Vélez, a quien lo unen hoy una amistad y una cercanía política.
La evolución de la salud del Vicepresidente Garzón, que a la hora de escribir este comentario editorial es de pronóstico reservado, tendrá serias repercusiones en el futuro político del país. Si su evolución es óptima, como lo espera el país, no habría ningún problema y podrá ejercer esa dignidad, con las tareas que hoy tiene por asignación del Presidente Santos, y ser el potencial remplazo del Jefe del Estado en los casos estrictamente previstos por la Constitución Política de 1991.
No obstante, si el Vicepresidente no logra superar su estado de salud, ya que debido a la gravedad del mismo existe la posibilidad de que quede con una incapacidad permanente para ejercer ese cargo, el Congreso de la República tendría que elegir a un nuevo vicepresidente, con el guiño del Presidente de la República, Juan Manual Santos Calderón, para esa importante posición.
Es el momento de expresar, como la gran mayoría del pueblo colombiano, nuestra solidaridad con el Vicepresidente Angelino Garzón, de quien conocemos y destacamos su gran trayectoria como dirigente sindical y político. Solidaridad con su familia y con los dirigentes que lo rodean. El país debe hacer votos por su pronta recuperación y el regreso a sus actividades normales en beneficio del Estado y del país.
Nuestros mejores parabienes por su pronta mejoría y el retorno a sus actividades de un hombre que ha sido ejemplo de las clases trabajadoras y digno vocero de los colombianos más necesitados.
No le hace bien al país que, sin conocer aún a ciencia cierta sobre el futuro de su salud, se esté especulando alrededor de eventuales sucesores. Por el contrario, y como bien lo ha expresado el propio presidente Juan Manuel Santos, es el momento de rogar por su pronta recuperación y que la misma, de ser favorable, como el país lo espera, se retorne a la calma institucional de la figura del vicepresidente.