El pasado 16 de junio el diario EL PILÓN realizó el primero de sus Coloquios, sobre las modificaciones al Plan de Ordenamiento Territorial (POT), un importante instrumento de planeación urbana y regional que Valledupar estaba en mora de revisar y actualizar, ante múltiples factores que volvieron obsoleto el actual POT, que data de 1997.
Los Coloquios de EL PILÓN hacen parte de una filosofía de responsabilidad empresarial que Comunicaciones Integrales viene desarrollando, en distintos escenarios, ya que es consciente de que su responsabilidad va más allá de hacer un periódico regional.
La administración del alcalde Luis Fabián Fernández, por medio de la Oficina de Planeación, a cargo del doctor Jhon Valle Cuello, ha iniciado un importante trabajo de modificación parcial al POT de Valledupar, trabajo que viene liderando el arquitecto y urbanista, Hernando Franco Carbonel.
Esta es una buena iniciativa del señor Alcalde, aunque hemos advertido que lo deseable hubiera sido comenzarla al principio de la administración; pero, lo importante es que se inició y sobre ello hay que trabajar.
El tema del crecimiento de nuestras ciudades es una preocupación permanente de arquitectos, urbanistas, economistas, sociólogos, políticos y de diseñadores de políticas públicas, en general. La pregunta de fondo es ¿Cómo debe ser el crecimiento de nuestra querida Valledupar?. Por supuesto, ordenado, planificado, controlado, etc. Queremos construir una ciudad amable, incluyente y competitiva.
Pero, surge una segunda reflexión, quién va a ordenar ese crecimiento; es un asunto que no se le puede dejar a las fuerzas del mercado. Se supone que debe hacerlo el Estado, y desde distintos niveles.
No obstante, el Estado debe hacerlo de manera concertada con la sociedad civil, con las mismas comunidades, con los constructores, con los gremios, con la Corporación Autónoma del Cesar (Corpocesar), con el fin de conocer sus puntos de vista y tenerlos en cuenta, para enriquecer y darle legitimidad al proceso.
La modificación del POT es un tema complejo, diverso y transversal, ya que toca aspectos de la relación sector urbano-sector rural; del manejo, conservación y disfrute del espacio público, del uso del suelo, de la construcción de vivienda, de las vías, de la cobertura de servicios públicos, entre muchos otros; pues en
últimas, contempla distintos aspectos de la calidad de vida y el bienestar, implícitos en la relación hombre- ciudad.
Todo ese proceso, reiteramos, se debe adelantar haciendo de verdad un proceso de socialización y concertación. De nada serviría presentar a consideración de la sociedad civil una propuesta, por muy bien elaborada que esta sea, si sobre la misma los gremios y los sectores interesados no van a poder aportar nada.
La administración local y la entidad consultora y el experto contratado deben escuchar con atención los argumentos de las comunidades, de los gremios, de los constructores y de otros sectores, como se ha iniciado con los Coloquios de El PILÓN. Esa es la filosofía de la norma cuando habla de socialización y concertación, antes de que vaya a instancias como el Concejo Municipal para su respectivo debate y adopción. No es de poca monta lo que está en juego, se trata de atender y concertar muchos intereses y de allí la importancia de hacerlo de manera concertada y con la participación de todos.