Por Alberto Herazo Palmera
Ahora que estamos en plena campaña electoral por lo general aparecen algunas firmas encuestadoras para conocer la intención de voto de la opinión pública.
¿Con qué fin se hacen estas encuestas? La finalidad es medir el afecto de los aspirantes frente a la opinión. Las encuestas son sondeos periódicos sobre las campañas políticas, considerado en ese medio y en el periodístico como el barómetro de cualquier contienda electoral, igualmente se utilizan las encuestas de opinión para conocer la imagen de los candidatos a los diferentes cargos públicos, saber de los problemas mas relevantes de algunas comunidades, medir las tendencias políticas, la conducta, la actitudes y los comportamientos de los miembros de algunas comunidades para luego tomar las medidas correctivas de sus campañas en busca del respaldo electoral.
En estos días se han venido realizando sondeos de opinión en Valledupar, y estas nos vienen indicando de acuerdo a su seriedad las preferencias y a la vez están orientando o desorientando al elector.
Las firmas que se dedican a esto deben ser empresas con amplia experiencia en estudios de opinión para que tengan alguna credibilidad. He querido escribir sobre este tema porque sin duda se van a seguir presentando mas firmas encuestadoras, algunas serias y otras no. Pasan y pasan los años, y en nuestro medio sigue el escepticismo frente a ellas. Muchas veces se pretende hacerlas amañadas para entregarlas como avisos publicitarios y distorsionar en esta forma el criterio de los electores, los cuales es un fraude electoral, tan grave como lo es el cambio de un tarjetón, la anulación de las actas de mesas de votación y demás delitos que atentan contra el sufragio libre y puro, sobre el cual se sustenta nuestro sistema democrático. Dejo, pues, estas inquietudes que las hago extensivas a los radioperiódicos locales.
Y pasando a otro tema, se dice que en nuestra tierra, somos muy dados a escoger especies infames e hipotecas canallescas con tal de disminuir las condiciones y la categoría de las personas que han tenido una limpia trayectoria, y con la luz clara de sus ejecutorias, enceguecen un ambiente sombrío en donde casi siempre proliferan la mediocridad y la impudicia. Deberíamos castigas a algunos elementos que se dedican a ejercer la mentira pública; cuando los escucho, siento en algunos de ellos el mal aliento de la mentira, dejando el rastro de las verdades a medias.
Y algo de política, la campaña se torna interesante, con matices ingeniosos, inteligentes y nuevos. Seguramente con planteamientos y propuestas abundantes, aunque algunos dicen sus mentirillas que a la largo no hacen daño porque es la costumbre de algunos políticos y eso esta bien. Fortalece la política, la hace más llamativa para los indiferentes y más interesantes para los activos. Pero, eso si, es urgente que sea una campaña con altura, si se quiere, pero con respeto por las ideas y por las personas. Sin panfletos ofensivos ni términos hirientes. Esa debe ser una norma de oro no solo de los candidatos sino de sus seguidores. ¡Ah, se me olvidaba! Me da pena insistir en que debemos ser regionalista, para el senado debemos votar por nuestros candidatos, no por foráneos. Nada de Cepedas, Gerleines entre otros.
POSDATA: Como me duele la partida de nuestro columnista y gran amigo Luis Augusto González Pimienta. Paz en su tumba.