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Sobre el Festival Francisco el Hombre

Por: Jorge Nain Ruíz  

El pasado fin de semana se realizó en Riohacha la cuarta edición del Festival Francisco El Hombre, en homenaje al tres veces Rey del Festival de  la Leyenda Vallenata,  Alfredo Gutiérrez y debo confesarles que no me gustaron para nada  los resultados de algunos concursos.

Lo que sí debo reconocer y valorar es la impecable puesta en escena del evento; la organización del Festival a pesar de llevar tan solo cuatro años, ha entendido perfectamente lo que significa una transmisión por televisión en vivo y en directo, mientras en Valledupar les ha tomado 45 años y aún se continua improvisando.

Desconozco quiénes hicieron parte del jurado que calificó las distintas categorías y tampoco tengo información sobre los criterios e indicadores tenidos en cuenta para llegar a ese resultado, pero lo que sí debo afirmar de manera categórica es que en cualquier competencia sobre música vallenata deben tenerse en cuenta unos parámetros que a mi juicio aquí se desconocieron y ellos tienen que ver con el grado de acercamiento o distanciamiento que tengan los intérpretes o compositores con la autenticidad de este género.

En el año  que  se coronó Rey del Festival Vallenato el rolo Alberto Jamaica yo fui tal vez el primero en celebrar la decisión del Jurado, porque escuché su impecable interpretación de los aires vallenatos y porque ese “cachaco” sin salirse de los parámetros establecidos, nos demostró que se le podía ganar en franca lid y en su propia casa a quienes se creían únicos amos y señores de esta hermosa manifestación cultural.

Pero eso no fue precisamente lo que ví y escuché en Riohacha. Inicialmente voy a referirme al concurso de mejor agrupación, en el cual los finalistas fueron:  Orlando Acosta y Poncho Monsalvo, Orangel “Panguito” Maestre y Robinson Elis, “El Bola” Corrales y Mario García y Los hijos del viejo Miguel.

En estas cuatro agrupaciones se notaban tendencias y matices; en ellas, la del “Bola” Corrales era la más cercana al denominado movimiento de la nueva ola; la de Orlando Acosta con matices románticos, la de “Panguito” Maestre la más conservadora, y tal vez la más posmoderna y alejada casi en su totalidad del vallenato era la de los Hijos del Viejo Miguel.
Precisamente esta última fue la agrupación ganadora, luego entonces se puede concluir que la tendencia que busca el Festival Francisco el Hombre es aquella de mayor fusión y menos originalidad.

Con las nuevas tecnologías, este planteamiento que estoy haciendo se puede comprobar fácilmente: ahí están los videos en youtube; no se trata de una apreciación subjetiva y caprichosa; una cosa es la vistosidad y la alegría que puede tener una agrupación como Kvrass y estos muchachos que ganaron en Riohacha, “Los hijos del Viejo Miguel”, y otra es que estas agrupaciones sean calificadas en un festival como las mejores exponentes del folclor vallenato.
A mí personalmente me gustan estas presentaciones alegres, coloridas y con gran derroche de energía, pero supongo que eso no era lo más relevante en los criterios de calificación.

Yo soy el primero en valorar el esfuerzo y sacrificio de estos muchachos que, a punta de perseverancia, han llegado donde están; yo los he visto crecer tocando vallenato en Bogotá y tiene mucho mérito que se midan a los mejores de la Costa, pero la manera como tocaron en Riohacha, a mi juicio, no les alcanzaba para ganar  ese concurso.

Ahora, en el concurso del mejor cantante los finalistas fueron cada uno de los vocalistas de estas agrupaciones y precisamente el ganador que fue Alfonso “Poncho” Quevedo cantante de Los Hijos del Viejo Miguel, quien puede ser un muy buen actor e incluso un buen cantante en otros géneros, musicales, pero, a mi juicio, nada tiene que hacer frente a ninguno de los otros tres finalistas (Orlando Acosta, “Panguito” Maestre y “El Bola” Corrales, en lo que tiene que ver con cantar Vallenato.

Y no se trata de regionalismos trasnochados, sino de una apreciación seria y ponderada; mientras el muchacho ganador saltaba y cantaba, su manejo de la respiración y su vocalización eran precarios, mientras que la afinación y vocalización de todos los demás fue impecable.

En el pasado Festival de la Leyenda Vallenata, les hice fuerza a los acordeoneros del interior del País porque me parece muy gratificante que nuestra música no se limite a la región Caribe y que en otras latitudes procuren interpretarla e incluso ganar en nuestros festivales, pero no por ello es que ahora se ponga de moda entregarles los premios a todos aquellos que se aproximen a nuestras expresiones culturales y folclóricas.

COLOFÓN:  En el concurso de Acordeoneros me pareció completamente acertada la decisión del jurado, lo mismo ocurrió con la canción inédita, ese tema de Fabián Corrales no tenía competencia.

jorgenainruiz@gmail.com

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