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Sobre el empréstito y el Pacto Cesar-Guajira: una constancia para la historia


El Pacto territorial Cesar–Guajira tiene como objetivo articular políticas, planes y programas entre la nación y los departamentos para realizar inversiones que contribuyan al desarrollo socioeconómico de la región. Las inversiones se realizarán en cuatro líneas temáticas: fortalecimiento institucional, infraestructura, desarrollo económico, seguridad y convivencia.
Para el departamento del Cesar, el Pacto contempla la ejecución de 47 iniciativas por un valor total de dos billones de pesos, de los cuales, la nación tiene un compromiso de aportar $1.2 billones y una cofinanciación con fuentes distintas a recursos de la nación por valor de $669.000 millones.
Indico con otras fuentes porque no necesariamente son recursos de la Gobernación del Cesar. La cofinanciación puede provenir de otras fuentes como el Sistema General de regalías (Directas, Fondo Regional, Fondo de Paz, de ambiente, de CTeI). De hecho, una revisión detallada de los proyectos contenidos en el pacto demuestra que un valor aproximado a $235.000 millones de pesos corresponden a proyectos que han sido presentados por diferentes municipios del Cesar ante el Fondo de Paz del Sistema General de Regalías (SGR) y que se encuentran viabilizados o en proceso de viabilización, y que serán financiados una vez cumplan los tres grandes requisitos del sistema, sin importar su pertenencia o no al Pacto territorial.

Así mismo, otros proyectos del pacto serían financiados con otros recursos de la nación, como aquellos del componente de ambiente, los cuales han sido tomados de la oferta del Ministerio de Ambiente, y que suman aproximadamente $25.346 millones, que serán financiados por la nación con recursos de SGR ambiente. El mismo caso sucede con otros proyectos del sector Vivienda.

En este orden de ideas, de los $669.000 millones que no serán financiados por el presupuesto de la nación, una cifra superior a los $260.000 millones ya tienen otra fuente de financiación. De esta manera, al departamento del Cesar solo le corresponderá cofinanciar con recursos directos de su presupuesto o sus regalías una cifra cercana a los $400.000 millones de pesos.

SOBRE LAS RAZONES DEL CUPO DE ENDEUDAMIENTO

En las sesiones de socialización, primero y segundo debate del proyecto de ordenanza a través del cual la administración departamental solicitó a la Asamblea Departamental facultades para obtener un cupo de endeudamiento de hasta $230.000 millones de pesos, se dijo que la razón para acceder a recursos de crédito radicaba en la necesidad de cofinanciar los proyectos incluidos en el Pacto Territorial. Es más, los representantes del gobierno aseguraron en la Duma departamental que los proyectos a cofinanciar serían: el Plan vial departamental, los proyectos de infraestructura educativa y hospitalaria.

Una revisión detenida de los compromisos del Pacto Territorial dejan ver que la infraestructura educativa sería financiada cabalmente por la nación y la infraestructura hospitalaria, por lo menos hasta el momento de presentación de la ordenanza, no hace parte de los proyectos incluidos en el Pacto. Por su parte, el plan vial departamental, que requiere la cofinanciación del departamento en un valor cercano a los $260.000 millones, ya tenía asignados en el plan plurianual de inversiones, aprobado con el Plan Departamental de Desarrollo, una cifra superior a los $300.000 millones.

Con todo esto, con la responsabilidad política que me corresponde, pretendo dejar las siguientes constancias para la historia: primero, la administración departamental no asumió con seriedad la deliberación política en la Asamblea departamental, y motivó falsamente el proyecto de ordenanza.

En segundo lugar, no sustentó las razones que fundamentan la necesidad del crédito, no lo hizo con el rigor técnico requerido para una decisión tan relevante para el territorio, como lo es la pignoración de las regalías futuras.
Tercero, al día de hoy, a excepción del gobernador, nadie puede saber en el Cesar, ¿en qué se utilizarán los recursos del empréstito? ¿será pertinente la adquisición de esta deuda y su destino, con la realidad económica y social que vive el departamento?
Amanecerá y veremos.

Por Claudia Zuleta

Categories: Columnista
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