Los colombianos nos preparamos para concluir una campaña electoral el próximo domingo, cuando se desarrollará la segunda vuelta, prevista en nuestra Constitución, para elegir al Presidente de la República que gobernará entre 2010 y 2014, y quizás otro periodo adicional (2014-2018).
Luego no es de poca monta lo que está en juego el próximo domingo, en esa segunda vuelta a la cual pasaron: Juan Manuel Santos Calderón, por el Partido de la U, ahora con el apoyo de una amplia coalición de la cual hacen parte la mayoría del partido conservador, el liberalismo, el movimiento Cambio Radical, el repudiado PIN; y Antanas Mockus Sivickas, por el Partido Verde, quien ha optado por el voto de opinión y la conquista de los indecisos y los abstencionistas.
Sin lugar a dudas es una jornada trascendental para la historia del país, se trata de elegir al sucesor del Presidente Álvaro Uribe Vélez, el hombre que lideró el gobierno de la seguridad democrática. El próximo Presidente tendrá la gran responsabilidad de conducir los destinos del país en momentos de una compleja coyuntura económica internacional, y de una etapa difícil para el país en materia económica, política y social.
De allí que debamos ahuyentar el fantasma de la abstención que, según algunos, se cierne sobre el proceso electoral del próximo domingo, por distintas razones: el amplio margen de ventaja que, según las encuestas, le lleva Santos a Mockus, de una parte; pero también por el tema del mundial de futbol, de la otra, que tiene para ese día una tentadora programación.
No obstante, insistimos, nada puede ser más importante para el futuro de todos los colombianos que la cita con la democracia que tenemos en esta jornada que se avecina.
El voto es un derecho, y como tal está consagrado en nuestra constitución política, pero también es un deber de todo ciudadano, que está llamado a participar activamente en esta contienda electoral. Si bien en Colombia, el voto no es obligatorio si implica algunos beneficios para el elector: en materia de participación en la nómina oficial, descuentos en las matrículas universitarias, en trámites oficiales y otro tipo de beneficios del estado.
Pero el hecho que el voto no sea obligatorio, no justifica la apatía y la indiferencia. Por lo tanto, no tiene ninguna justificación que por las anteriores razones baje la participación electoral en Colombia; ningún partido de futbol puede ser más importante que la culminación del proceso de elección del Presidente de la República. Es un deber de todos y cada uno de los colombianos contribuir con su participación a elegir al Presidente de la República.
Eso sí, reiteramos, que el voto debe ser libre, soberano, responsable, a conciencia. Ese voto no debe ser contra alguien, sino a favor de alguien, por una visión del Estado y de una serie de propuestas en beneficio del país, en la compleja coyuntura que vivimos.
Como medio de comunicación, insistimos, invitamos a votar de manera soberana, libre y responsable, pensando en los más altos intereses del país, en lo que más le conviene a la patria en esta hora difícil y en que todo voto que es útil y valioso para la democracia.
No a la pereza, no a la abstención.
Sí a la participación, al voto libre y democrático.
Respetamos la opción del voto en blanco, claro, de aquellos ciudadanos que consideran que ni el señor Antanas Mockus, ni el Señor Juan Manuel Santos, representan una buena opción para llegar a la Presidencia de la República. Ese voto en blanco es una tercera opción, válida en nuestro sistema político, es un mensaje, es una protesta, pero vote.
Hay que acudir masivamente a las urnas el próximo domingo, y salir a votar temprano por la opción que mejor le parezca, pero hay que votar. Es por la democracia, es por el país; y está en juego el nombre de quien regirá los destinos del Estado colombiano durante los próximos cuatro años, y quizás ocho si así lo decide el próximo presidente. Luego no es poco lo que está en juego, y eso que está en juego es mucho más importante que cualquier partido de futbol del mundial.