El Ideam advirtió hace un mes que en 30 años la nieve perpetúa de la Sierra Nevada de Santa Marta podría desaparecer porque el proceso de deterioro en las cuatro últimas décadas así lo indica. Hoy solo le quedan 6,7 kilómetros de nieve, cuando hace un siglo tenía 83 kilómetros.
El informe generó todo tipo de reacciones y anuncios que hasta ahora no se han concretado. Ya olvidaron que el 92 % de la nieve de la Sierra ya no existe y aunque en Colombia dependemos de los glaciares para el suministro de agua, si son fundamentales para la vida de comunidades indígenas y el ecosistema que allí habita. La Sierra Nevada de Santa Marta es la fábrica de agua más importante de la costa Caribe, da origen a cerca de 35 cuencas hidrográficas y más de 750 ríos y quebradas.
Por eso destacamos el trabajo que hizo un equipo de investigadores del Banco de la República (integrado por Gerson Javier Pérez-Valbuena, Iván Higuera-Mendieta y Leonardo Bonilla-Mejía), denominado ‘La Línea Negra y otras áreas de protección de la Sierra Nevada de Santa Marta: ¿han funcionado?’.
En el informe que hace parte de la serie Documentos de Trabajo sobre Economía Regional, evalúan si la delimitación de las áreas protegidas que convergen en inmediaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta han prevenido la deforestación, la presencia de asentamientos poblacionales y la infraestructura vial, teniendo en cuenta que las características de las tres áreas de protección (Línea Negra, Resguardos Indígenas y Parques Nacionales Naturales) y la protección ocasionada por el traslape entre estas, son una oportunidad única para evaluar el efecto marginal de las mismas.
El documento consta de cinco secciones adicionales. En la segunda se presenta una descripción del territorio definido por la Línea Negra y las demás áreas de protección en su interior, así como el marco regulatorio que las define. En las secciones tres y cuatro se describen los datos y la estrategia empírica. En la quinta se muestran los resultados para los tres fenómenos de interés, así como sus principales implicaciones y finalmente, en la última sección se discuten las principales conclusiones.
Es un documento para que tengan en cuenta las autoridades ambientales porque es el primer documento que analiza en detalle, a través de herramientas causales, la superposición de tres tipos de áreas de protección ambiental, dejando entrever que las estrategias de protección en la Línea Negra no han tenido ningún efecto, mientras que los Parques Naturales y Resguardos Indígenas han reducido significativamente la deforestación y la presencia de asentamientos poblacionales.
Recomendamos leer con atención las conclusiones: “Aunque Colombia tiene una importante proporción del territorio con algún tipo de protección, la Sierra Nevada de Santa Marta representa un caso único en el país. En las inmediaciones de su territorio convergen al menos tres tipos de protección, lo cual la hace de particular interés en el análisis de la relación causal entre la delimitación del territorio y la vulnerabilidad a fenómenos que atenten contra su sostenibilidad”.