Después de pasar un pliego de peticiones a la empresa minera Cerrejón y de haber transcurrido 40 días de espera sin una respuesta, 20 de arreglo directo y 20 de prórroga, los integrantes del mayor sindicato de esta compañía, Sintracarbón, esperan un proceso de votación para decidir si pasan a un tribunal o a una huelga.
Así lo dio a conocer Hernán Bermúdez, vocero de Sintracarbón, indicando que tienen 10 días para votar y otros 10 para decretar la hora cero. “Estamos en ese proceso para determinar qué dice la votación. Lo que solicitamos es mejorar las condiciones de salario y salud. La empresa se ha centrado más en acabar con la organización sindical que en solucionar las peticiones que los trabajadores solicitamos”, argumentó.
Por su parte, Igor Kareld Díaz López, otro sindicalista de Cerrejón, indicó a un medio nacional que han planteado su disposición de diálogo y de buscar salidas, “pero algunas posiciones de la empresa no han permitido que esto sea posible. Queremos mostrarle al país que lo que queremos es una negociación productiva, que le convenga a las dos partes”, asegurando que lo más probable es que los trabajadores terminen votando por la huelga.
“El escenario de la parálisis es serio. Los trabajadores, de manera contundente vamos a votar la huelga esta semana. La votación es la herramienta que los trabajadores les entregamos a los negociadores como última opción para conseguir los beneficios a los que se aspira. El 29 de febrero o el primero de marzo será el escrutinio. La comisión va a seguir negociando hasta último momento para lograr una convención colectiva”, explicó Díaz López.
Resaltó que el pliego tiene cuatro enfoques: el económico, donde están salario y beneficios económicos por educación, salud y otros conceptos; la salud, donde está la atención médica y el reconocimiento de enfermedades; la tercerización laboral, que es muy compleja en el Cerrejón porque de 13.000 personas que laboran en la mina, 8.000 son tercerizados y lo hacen en condiciones de trabajo indignas y de violación de derechos laborales; y la afectación ambiental por el complejo minero.
Por Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN