En días pasados el procurador general de la nación expresó algo que al momento fue tomado como “puya” contra el presidente Duque y otras personas lo interpretaron como la evidencia de una posible candidatura presidencial. Manifestó aquel que la agitación ciudadana no era ni iba a ser un evento pasajero pues no eran una crisis transitoria, por lo que resultaba necesario tomar los caminos del diálogo para encontrar una solución. Eso me pareció sensato.
En mi sentir es claro que hay un libreto, un plan bien diseñado por la izquierda que va a desembocar en la próxima elección presidencial. El panorama es para ellos cada día más claro y los ocho millones que votaron por Gustavo Petro ,que hoy creo que son más, si bien pudieran no todos se petristas, si pertenecen a una colectividad cuyo común denominador es la inconformidad, justificada o no, y que va a encontrar en Petro o en otra persona la salida, porque además, justa o injustamente, el presidente Duque , cada día, pierde imagen positiva, lo cual quiere decir que lo que está haciendo no llena las expectativas de un alto porcentaje de la ciudadanía. Lo del vandalismo no es lo que debe desviar la atención, eso es un exabrupto, que llegado el momento puede y debe ser combatido haciendo uso del poder encomendado al estado pues. Nada más peligroso en este momento que no saber distinguir.
Ya se dijo, hay que sintonizarse con la voz de la calle, eso que se está reclamando colectivamente en público y en privado, con mucha fuerza y es menos pobreza, más salud, empleo y un ataque frontal a la corrupción, entre otras.
Sabemos que no siempre lo que se quiere se puede pero también es que hay cosas que se pueden hacer y no se hacen. La ciudadanía es consciente de hasta donde se puede llegar y también percibe sin mucho esfuerzo que es lo que se le está negando.
Nadie espera un milagro pero sí confiamos en que se den los pasos para el pago de una deuda histórica de la que conocemos, sin dudas, quiénes son los acreedores y los deudores.
Aquí todo está inventado, no hay que ser un profundo investigador para entender cuál es el camino.
Al presidente Duque le toca hacer uso no solo de los frenos sino muy especialmente de la dirección. Hay temas que no dan más espera.
La democracia no se puede seguir construyendo sobre una sociedad tan desigual porque en la medida en que ese desbalance crezca será ella la que estará en peligro.
“Colombia vive un momento de cambio de indiscutibles proporciones, un tiempo de transformación y tenemos el desafío de entender y encausar lo que hemos vivido en las últimas semanas” Buena frase señor procurador. ¡Vale!
Cada día que se pierda en iniciar el diálogo nacional o cómo se le quiera llamar va a complicar las cosas en el futuro, aquí no caben los soslayos ni las maniobras dilatorias. Ese volcán ya tiene fumarolas.