Es ordinario que el editorial exprese una opinión del periódico, una postura fruto de un análisis de los hechos o de una teoría; ensayaremos un anti-editorial limitado a los hechos. Si no lo hacemos bien, pedimos excusas.
El gobernador Monsalvo fue retirado del cargo por decisión de la sala penal especializada de la Corte Suprema en primera instancia. El Gobierno de inmediato ante la solicitud de la Corte, designó en el cargo al secretario Wilson Solano.
En la segunda al gobernador podría confirmársele la condena o ser absuelto. Esa decisión podrá tomar de 10 meses a más de 2 años. Si se condena antes de los 18 meses del vencimiento de su mandato, el 31 de diciembre del 2023, dada la vacancia absoluta, se convocará a nuevas elecciones. Si Luis Alberto Monsalvo fuere finalmente condenado, en ejercicio del cargo o suspendido, dentro de los últimos 18 meses de su periodo, ya no habrá lugar a elecciones atípicas y el gobernador deberá ser aquel que encargue el presidente.
Para el encargo que haga el presidente, del ‘gobernador encargado’ – que no es el mismo caso, por el que apenas llegó Wilson Solano a ejercer el cargo-, bajo el entendido de que los electores votaron un programa de gobierno, el Presidente está obligado a respetar la terna que le presente el partido político que inscribió al candidato elegido gobernador.
Si se presentan coavales, y pudo inscribir como principal un partido, hay que observar el acuerdo que hicieron formalmente los partidos previendo la ausencia del mandatario y esa disposición vincula al Gobierno en su decisión. En nuestra situación los partidos La U, Cambio Radical y Partido Liberal habían formalmente consentido en presentar conjuntamente una terna en la que cada uno incluía un nombre.
Se han puesto a consideración, aun no del Gobierno, el liberal Arturo Calderón, aunque se mencione el hijo del condenado ex-representante Pedro Muvdi, por su relación con Cesar Gaviria, director del partido; el del mismo Solano por La U, y la ex-alcaldesa de San Diego Elvia Milena Sanjuán se postularía por Cambio.
A diferencia del Liberal que tiene representación, Calderón es un importante contratista, Cambio tiene un Senador, Didier Lobo, y un representante, Eloy Chichí Quintero, pero no tienen reconocimiento en el gobierno Monsalvo Gnecco. Elvia Milena se presenta, a juicio de éstos, como una imposición del clan, que pretende ‘bypasearlos’ por su relación con el jefe German Vargas. Y el uribismo busca cualquier canal para poder endosar su decisorio poder central.
Como en el derecho comercial se declara existir un grupo empresarial cuando hay una unidad de mando y propiedad sobre el conjunto de sociedades, se predica cuando una persona domina varios partidos; por lo que el escogido debe ser amanuense que no discuta ni pelee como gallito, y distribuya, según se instruya, sopa y presa, los puestos y contratos, en una alianza que nunca declaró ni ejerció una cruzada contra la corrupción, que, según los colombianos encuestados hoy, es peor mal que el coronavirus. En fin, del que sea nombrado… hoy sabemos que ese gobernador no será gallo. Es una gallina y la pone Cielo.