La dinámica de la política puede verse desde el antagonismo, el desacuerdo y la lucha, igualmente, en el acuerdo y la integración, estos aspectos son notorios en las sociedades que marchan en función del poder y no en sintonía con la organización del Estado a través de las discreciones ideológicas y con base en prácticas prospectivas enmarcadas en la programación de políticas. Los caminos para allanar la voluntad de la participación política han sido permeados por tanta promiscuidad política, esta es la manera de entender que Roy Barreras y Angelino Garzón posen juntos en procura del poder pese a existir en los dos notables diferencias ideológicas.
La actividad política en nuestro país requiere de altas dosis de decencia, en ocasiones en la intimidad de mi pensamiento me cuestiono sobre el desarrollo familiar de nuestra clase dirigente, lo hago desde la perspectiva de los valores trasmitidos a los hijos, seguramente hacerlo es complejo cuando es cuestionada la conducta, no quiero transitar por el modelo del Estado ideal, sin embargo, actuar correctamente debe ser una consigna inherente al ser humano, no sólo en asuntos relacionados con los Partidos Políticos o la actividad pública, sino en todos los estamentos de la sociedad, cumpliendo este principio se conquista la autoridad, se gana gobernabilidad, credibilidad, se forra de una coraza inexpugnable y se forja una conducta disponible para ser evaluada en todo momento.
Construir nación y sociedad es todavía una asignatura pendiente en nuestro país, la crisis institucional permanece incesante desde el mismo momento de la emancipación, bajo esas circunstancias campea la desigualdad y naturalmente la desorientación del Estado para cumplir sus fines. Es menester considerar que convivir en medio de la ilegalidad institucional es como un virus que mata lentamente, asimismo, el implemento de la confrontación militar característico en nuestra historia política han contribuido grandemente en la consideración de inviabilizar nuestra sociedad.
Lamentablemente el panorama es desesperanzador desde el punto de vista político, económico con el agotamiento de los recursos naturales y desplome del precio, asimismo, el comportamiento geopolítico en el mundo ha generado expectativas de acercamientos entre Estados Unidos y Cuba, sin embargo, nosotros permanecemos en el movimiento pendular que nos tiene en una marcha distinta y desorientada, pero en una estación definida para hacer política en nombre del conflicto, en ese escenario se encuentra el proceso de paz, que en vez de convertirse en una grata esperanza genera todo lo contrario, en especial, por las exigencias e incongruencias de las Farc, la supuesta condescendencia del gobierno enunciada por la oposición que polariza al país y el clima político y revolucionario de nuestro vecindario continental que no es menos importante.
@LuchoDiaz12