Una de las cosas importantes en la vida es, sin duda alguna, la experiencia; esa que a través de la vida misma vas obteniendo y se convierte en tu carta de navegación para los procesos trazados desde el ímpetu de la juventud. La mocedad es el motor que inspira, que te lanza a la aventura y te lleva con fuerza a recorrer los caminos de la vida. La experiencia es saber administrar esa fuerza que va en decadencia.
Por generosidad, Fabio Torres, ‘El Rector’, me prestó para su lectura un libro de Hartmut Laufer: ‘Cómo tomar decisiones, factores de éxito’. Nos convida este texto a reflexionar. Diariamente nos vemos enfrentados a una serie de situaciones que siempre presentan diferentes alternativas y que sin lugar a dudas nos llevan a tomar decisiones.
Siempre estamos ante disyuntivas: izquierda o derecha; el bien o el mal, actuar o no; problemas y/o soluciones… en fin.
“El desarrollo de alternativas de solución es la parte creativa de un proceso conducente a resolver un problema y es determinante en la calidad de la solución”. Ahora bien, por espacio en esta nota, se nos hace difícil hacer un análisis más detallado y profundo pero sí podemos analizar que por creatividad entendemos la capacidad de generar ideas, y desde este precepto hacer algo a partir de ellas. Innovar es apuntarle a cambios, sortear las dificultades que estos cambios traen implícitos y sentir su utilidad.
Ahora bien, son muchos los procesos y proyectos en donde abundan las ideas. Pensamientos fabulosos que se quedan en el papel y nunca se logran, simplemente porque no son puestos en práctica.
Dice ‘El Rector’ en sus charlas de motivación implementadas en Zona Creativa, en el auditorio ‘María Fátima’: “Cree que puedes hacerlo y ya habrás recorrido medio camino”. Esto es desde luego una invitación especial a la acción, a crear, a innovar, para que al final el resultado de una actitud positiva sea lograr resultados extraordinarios.
Debemos pensar siempre que las cosas difíciles, lo más inverosímil, se logran a través de la aptitud, formándonos y echándole gasolina de conocimiento a nuestra esencia creativa; y también la actitud que debe ser lo que vende de cada uno de nosotros. Ser ese cambio que queremos ver en el mundo, empezar por lo más elemental, uno mismo. Aprender a diferenciar entre lo útil y lo valioso que nos mostró el doctor Romero Churio.
Recordemos aquello que nos hace extraordinarios: ir a la vanguardia, aportando un poco más que los demás, ser positivos, luchar por los objetivos y darnos de manera extra, sin importar cansancio, tropiezos, dificultades; tomar los errores como aprendizaje y las caídas como pista de vuelo.
Y para finalizar no te olvides de algo importante, todos estos elementos requieren de un aditamento fundamental: amor, hacer las cosas con amor cambia todo. Prueba. Sólo Eso.
Por: Eduardo Santos Ortega Vergara.