Hace mucho tiempo atrás, cuando aún en la tierra reinaba la oscuridad y solamente habitaban los pájaros que conservaban y practicaban los consejos que le daba Siukukui; la madre de los pájaros, había llegado entre ellos, un pájaro llamado Simunkustha, el cual había sobrevivido a la tragedia de su familia, este andaba en busca de refugio, comida y familia, queriendo tener un aprendizaje para que cuando llegara la luz del día pudiera ser el pájaro más sagrado que los humanos puedan ver.
Pasaba el tiempo Siukukui enseñaba con amor a sus hijos con la mente puesta en aquella madrugada, que pronto llegaría y que cuando llegara sus hijos la exaltarían, continuo la madre sin descanso dando consejos y sus hijos le hacían gestos, se reían, se burlaban de la cara de su madre, jugaban e insultándose se daban puños en silencio de modo que no prestaban atención.
Mientras, y no muy lejos de la congregación se encontraba el pájaro sobreviviente escuchando con atención cada palabra que expresaba Siukukui; escondido detrás del tronco de un árbol, aleteo y los demás pájaros lograron sentirlo, de inmediato estos y la madre comenzaron a buscar para saber lo que había sido, Simunkustha se escondía en una cueva que él había hecho.
Después que la madre dijo todo lo que sabía, sintió que era momento de preguntar para saber si aprendieron y estaban listos para recibir el día. Siukukui, entusiasmada confiaba que sucedería lo que pensaba. Comenzó a preguntar llamando desde el más pequeño al más grande y se encontró con una situación que ella no esperaba, todos sus hijos salieron gritando, burlando, otros llorando.
Decepcionada la madre quiso llorar y morir, cuando de repente llega un desconocido pájaro y comenzó a cantarle tal como ella había cantado cuando estaba enseñando.
Dijo y repitió lo mismo que Siukukui; alegre lo abrazo y lo beso, luego lo bendijo diciendo:-serás el pájaro más sagrado que las personas pueden ver-, cuando apenas terminaba de elogiarlo con rapidez salía el sol con su brillante resplandor y todos se fueron apenados y tristes, de esta manera Simunkustha el pájaro huérfano logro ser el pájaro más sagrado y guardián de los demás.
Autor: Camilo José Daza – Colegio San Isidro Labrador, Atánquez.