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Silvestre Dangond Corrales

Al hablar de Silvestre, nos exponemos al señalamiento de muchos que le critican y se disgustan con la forma como este gran artista asume, en la actualidad, sus compromisos y episodios profesionales. Lo digo porque aún le critican: “eso que ese man canta no es vallenato” y diga lo que diga y cante lo que cante siempre lo están cuestionando.

La nota que hoy me convida es para exaltar sus calidades. Silvestre Dangond es un artista en toda la extensión de la palabra. Ha ratificado y lo volvió a hacer, en el concierto que presentó en la final del Festival Vallenato el pasado 29 de abril, que ha montado un excelente show, acudiendo al respeto por el público, un artista que ha madurado significativamente.

Acudo para mi análisis a lo que vi en tarima, se jugó una carta importante al hacerse rodear de acordeoneros de muchos quilates: Emiliano Zuleta, Julián Rojas, El Cocha Molina, Franco Argüelles, Beto Villa, Álvaro López y el inigualable compositor y acordeonero Omar Geles, además de su fórmula musical permanente, el gran Lucas Dangond.

En los eventos del Festival Vallenato, a lo largo de estos 52 años, hemos podido disfrutar de artistas internacionales a quienes hemos aplaudido a rabiar; hoy Dangond tiene una puesta en escena que no le envidia nada a ninguno de ellos, y que desde luego lo hace merecedor de aplausos y elogios de alto nivel.

Silvestre se mueve en el escenario con propiedad, canta y baila y en este evento combinó sus temas modernos con canciones como Mañanitas de Invierno, interpretada por su autor, el gago de oro, Emiliano Zuleta, quien hizo un solo de acordeón que llevó al clímax a Silvestre, éste exclamo emocionado: “Una cosa es que la toque Cocha, una cosa es que la toque Lucas, pero otra cosa es que la toque Emiliano.”

Tiene claro el repertorio, se sabe las canciones y no llega a improvisar, aunque a veces rompe el esquema y se sale del libreto. Es un excelente cantante y es imposible que en medio de su mocedad no haga gala de su ímpetu juvenil; brinca, baila y disfruta el escenario con sabor y alegría. Esto incomoda a un poco, pero ni modos.

Silvestre Dangond reconoce en cada uno de estos grandes que ellos fueron los que marcaron un camino que hoy los jóvenes recorren y de una forma magistral y única, él. “Los cantantes de antes eran unos extraterrestres, ellos nos abrieron la trocha en este género y aquí estamos recordándolos”, expresó el artista a quien el público le devolvió con aplausos ese reconocimiento.

La historia está escrita y Silvestre busca escribir en páginas de oro la suya, lo hace bien y seguramente el tiempo dará la razón el porqué, él entre grandes, es uno de ellos.

Aplausos para Silvestre, su apuesta en escena hoy es digna de admirar y por supuesto, como los grandes, de exaltar en letras de oro. Tu pollo Fabio Torres, es único. Sólo Eso.

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Eduardo Santos Ortega Vergara: