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Silvestre Dangond como modelo

BITÁCORA

Por: Oscar Ariza

Silvestre Dangond se ha convertido en uno de los fenómenos culturales más interesantes de los últimos tiempos en el folclor vallenato. Su enorme  capacidad de interactuar con sus fans en los escenarios públicos o fuera de ellos le otorga un capital simbólico único e irrepetible en la medida que es capaz de interpretar toda una conciencia colectiva y llevarla a su máximo esplendor artístico a través de sus canciones,  dichos y gestos que hoy son imitados por muchos jóvenes, pero también le asiste una responsabilidad irrenunciable de orientar a quienes le siguen, en la consecución de una sociedad más sana, tolerante, pacífica y respetuosa de la vida.

De ahí que el liderazgo que Silvestre ejerce en el público juvenil a través de sus canciones, conciertos y actitudes debe ser canalizado como una oportunidad para orientar a quienes desesperadamente buscan a alguien o algo que los pueda modelar en estos tiempos postmodernos que demuestran una enorme incapacidad de la familia, la iglesia, el colegio o el Estado para transformar nuestras juventudes.

Estado, familia, escuela e iglesia, se han quedado en el tiempo desgastándose desde puertas cerradas, en discursos que buscan mantener la tradición, pero sin ninguna conexión y aplicación a la vida moderna en la que se está. El rezago es tal, que se han quedado en la conformación de clanes que como islas profesan un comportamiento que a pesar de ser bueno, no es compartido con el resto de la sociedad que no presenta iguales características,  lo que las convierte en élites con privilegios y en algunos casos en minorías fundamentalistas que toman distancia de los demás por tener creencias diferentes.

En cambio, la radio, la televisión, la internet y la música en general, han colonizado esos espacios olvidados por otros que han perdido fuerza en  su autoconstrucción como  metarrelatos  en términos de Lyothard, para darle paso a la defensa de la individualidad; por eso  las acciones que hoy desarrolla  la juventud, no están gobernadas por reglas ya establecidas, sino que tratan de buscar un referente o modelo que les determine su necesidad momentánea, imponiéndose relatos más modernos como la música y los ídolos, entre ellos Silvestre Dangond, como una forma de protestar ante la linealidad de la vida, pues esa juventud que hoy tiene tantos vacíos,  busca fuera de sus hogares, colegios o iglesias a alguien que los pueda entender desde su condición moderna y no desde la antigüedad.

Se necesitan conciertos no solo vallenatos sino de merengue, de salsa y hasta cristianos que transformen el sentir de los jóvenes hacia un cambio positivo. El evento de Silvestre Dangond no fue malo, lástima no haber previsto las lamentables consecuencias de lo que pasó. Pese a lo ocurrido, es  inexplicable que no haya un pronunciamiento oficial del cantante a raíz de los infortunados sucesos que dejaron herido de gravedad a José Luis Jurado Baleta.

Con la misma entereza y personalidad con la que invitó a sus seguidores a que lo acompañaran al lanzamiento de su trabajo discográfico, debe asumir su responsabilidad y desaprobar desde los medios la actitud de los desadaptados y llamar a la reflexión, pues no podemos seguir aceptando que estos desfiles se conviertan en una espacio de barbarie y desenfreno que contradice una de las finalidades del arte que es la celebración de la vida, para que no se entienda que lo que se busca con el lanzamiento de un CD es aumentar ventas a base de dolores y sufrimientos de los que ingenuamente siguen a  los cantantes, porque sienten que su música es una oportunidad para desinhibirse, para ser felices y no para morir o atentar contra la integridad de otros.

Tampoco quisiera pensar que estas  caminatas y eventos de convocatoria masiva solo son herramientas para aumentar los egos y  vanidades de quienes creyéndose y sintiéndose ídolos populares piden acompañamiento para entronizarse como grandes cantantes, pero no modelan  en sus seguidores actitudes de respeto y valor por la vida humana.

Necesitamos y queremos Silvestre Dangond para rato, pero con una actitud responsable que sirva de ejemplo y guía a las nuevas generaciones que ven en él una oportunidad para ser felices  con su música sin que pongan en riesgo sus vidas o la vida de otros.

arizadaza@hotmail.com

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