Duele mucho pensar que exista la más mínima posibilidad de falta de interés por preservar los arboles de Valledupar por parte de algún sector de la comunidad o de ciertas entidades comprometidas con el tema, nos resignamos a no creerlo y mejor optamos por considerar que se trata de un problema o fenómeno derivado de otras causas distintas a la mano del hombre.
Los árboles son una de las máximas expresiones de la naturaleza, la cual ha sido demasiada generosa con Valledupar al premiarla con una nutrida vegetación que cualquier otra ciudad del mundo envidiaría.
Somos afortunados en Valledupar, pero esa gran fortuna debemos valorarla, protegerla y cuidarla en todos los sentidos. Con gran preocupación se ha podido observar que en los últimos tiempos se han registrados noticias muy tristes sobre destrucción de árboles, algunos por posibles envenenamientos, varios eliminados por acciones humanas, otros por plagas o enfermedades propias de ellos y también están los que ya no soportan el peso de los años o tal vez el ser testigo de tantas injusticias y atropellos a la madre naturaleza.
Lo cierto es que en estos momentos se percibe una crisis ambiental en torno a uno de los patrimonios naturales más importantes de Valledupar: los árboles. ¿qué está pasando con nuestros árboles? es la pregunta que se escucha por las calles de la capital del Cesar, pero tal parece que todavía no hay una respuesta completa a ese interrogante.
En opinión de Gustavo Arregocés, reconocido líder ambientalista, en Valledupar está haciendo falta “un mantenimiento adecuado para prevenir este tipo de incidentes; las entidades locales deben realizar revisiones periódicas preventivas”, también conmina a la
la empresa Aseo del Norte para que cumpla con su responsabilidad de hacer las podas y mantenimientos adecuados a los árboles en las zonas públicas de la ciudad.
Consideramos que, además de los aspectos técnicos y científicos, también ha de faltar un poco más de sensibilidad y amor hacia nuestra arborización, algo de lo que todos debemos sentirnos dueños y defensores. Se requieren acciones que ayuden a despertar la conciencia ciudadana sobre los valores ambientales.
Es necesaria mucha pedagogía sobre las funciones naturales que cumplen nuestros árboles, repetir una y otra vez que ellos son el pulmón de la humanidad, son sinónimos de vida, no en vano son muchos los poetas y escritores que han dedicado miles de páginas a este tema considerado fuente mágica de inspiración.
No estaría de más una invitación a leer la obra ‘La poesía de los árboles’, de Leticia Ruifernández y así disfrutar de más de setenta poemas de escritores como Federico García Lorca, Pablo Neruda, Wisława Szymborska, Rafael Alberti, Camilo José Cela, Gioconda Belli, Fernando Pessoa, Walt Whitman, entre otros que aman a la naturaleza y en especial a los árboles.
El llamado es general: todos a cuidar los árboles de Valledupar, porque al hacerlo estamos rindiéndole culto a la vida.