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¡Sí se puede!

De Bolivia sabemos que su nombre lo tomó del Libertador Simón Bolívar, que su capital es La Paz, que es un país que no tiene salida al mar, que allí queda el Titicaca, un lago de una gran importancia turística, y que The strongest y el Wistermann, son equipos de fútbol de allá

Pues bien, esta es la información que manejamos, no obstante, si ahondáramos un poco más, encontraríamos que un señor de ascendencia indígena de nombre Evo Morales, asumió la presidencia en el 2005, reelegido en el 2009 y en el 2014; renunció el año pasado a la presidencia por sugerencia del Ejército y la Policía -ambas instituciones con derecho al voto, artículo 251-II de la Constitución de 2007-. Se exilió según él para evitar un innecesario derramamiento de sangre.

Pues bien, un sucesor de Evo militante del MAS Movimiento al Socialismo, de nombre Luis Arce, asumió las banderas del partido y acaba de adjudicarse en primera vuelta, un claro e inobjetable triunfo electoral. La explicación de ello, la encontramos en la forma de gobernar, pues en Bolivia se manejaba hasta antes de la pandemia, un desempleo de un dígito (6.04 %): una inflación del 1.47 %, goza de estabilidad política, económica y social, sumado a la seguridad jurídica, la facilidad para hacer negocios haciéndose un país atractivo para la inversión extranjera. Pero si lo anterior fuera poca cosa, Bolivia en 13 años, ha logrado bajar la pobreza extrema del 38.5 % en el año 2005 al 15.2 % en el 2018 (¡!).

Es una economía que al igual que la nuestra es extractiva, y al igual que nosotros también maneja unos niveles altos de corrupción en el sector público, la diferencia estriba en que allá se trabaja un poco más, por el bienestar de la población más vulnerable. Con lo de Bolivia se rompen varios paradigmas: i) el sistema de gobierno sea de izquierda o de derecha, no es per se, la causa de la pobreza de un país ii) la inversión extranjera es viable en ambos sistemas de gobierno iii) el respeto a la propiedad privada y la apertura económica, puede ser garantizada en ambos sistemas, sin detrimento de la implementación de políticas sociales. iv) la implementación de políticas ambientalistas no detienen el progreso de una nación.

Con todo, no faltarán las mentes estrechas que pregonan la imposibilidad de la coexistencia entre el socialismo y la economía de mercado. A ellos, el líder chino Deng Xiaoping les contestó sabiamente lo siguiente: “No importa que el gato sea blanco o negro, mientras pueda cazar ratones”. ¡Sí se puede!

Nota de cierre: Revisemos estas cifras: Colombia se encuentra en el top 10 de los países con mayor contagio de coronavirus en el mundo con una cifra que sobrepasa el millón de casos confirmados. El programa institucional Prevención y Acción, pasó de 3.7 puntos de rating en el mes de marzo a 1.7 en el mes de junio, y la popularidad del presidente Duque según la última encuesta tiene una imagen desfavorable equivalente al 63 %, saquen sus propias conclusiones. darioarregoces@hotmail.com

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