Hace unos días la Superintendencia de Industria y Comercio dispuso en ejercicio de sus facultades judiciales que una aerolínea le reintegre a un cliente las suma de $117.800 que pago por un tiquete que compró por correo electrónico, de lo cual se arrepintió y quiso retractarse dentro de los 5 días hábiles que la ley le concede para retractarse cuando se ha comprado por medios electrónicos, lo cual no aceptó la aerolínea.
Además, la SIC le impuso una multa de $61.600.000 porque obró con temeridad cuando únicamente le ofreció al cliente cambiarle el tiquete si pagaba la multa acostumbrada en esos casos.
Es indudable que en pocos años la mayoría de las ventas de vehículos se harán por internet, sobre todo por la facilidad que ofrece para que los consumidores puedan escoger el vehículo de su predilección y presupuesto sin necesidad de desplazarse a la Calle de los Concesionarios.
Hacia allá va el sector de los vehículos, porque con los avances de la técnica y la necesidad de darle buenos motivos a los compradores para decidirse por nuestros productos, pronto los computadores nos darán la sensación de sentarse al volante, palpar el tablero de instrumentos y darse una vuelta en la máquina para compararla con las otras de la competencia. ¡Ah!, y haga clic aquí para sentir el olor del vehículo nuevo que le entregaremos en la puerta de su casa.
Claro que al tenor de la ley del consumidor el retracto dentro de los 5 días hábiles siguientes a la entrega de lo que compramos por correo electrónico se debe hacer devolviendo la cosa en el mismo estado en que se recibió (material y jurídicamente), y si el vehículo está matriculado y ya le hicieron un par de kilómetros el consumidor no podrá cumplir esa condición.
Eso significa que si quiere retractarse de la compra que realizó por correo electrónico, debe hacerlo antes de la matrícula y de la entrega del semoviente, porque los carros no son iguales a los tiquetes aéreos.