X

Si busca un amigo, búsqueme a mí. Adiós 2020

El valor de la amistad, ese increíble sentimiento de amor y bondad que muchas veces subvaloramos pero que en esencia,  definitivamente,  fortalece el alma. Nos llena de fe y esperanza y nos impulsa a seguir, obrando bien y fortaleciendo las pequeñas acciones. El valor de las pequeñas cosas.

Esta última nota del año 2020, en medio de todo lo que nos afectó,  la quiero dedicar a los amigos de siempre, a los hermanos que la vida me regaló y a los que atesoro con verdadero afecto.

No es fácil enriquecer una amistad, sobre todo cuando hay seres que anteponen lo material a lo sublime y bello de un sentir verdadero. Un día, sin razón alguna, te hieren y te traicionan; a esos seres oscuros nunca les irá bien en la vida, así estén llenos de riquezas y lujos, les hará falta algo: el calor de un hogar sano, por ejemplo; o la mano generosa de un ser de luz.

Poncho Cotes Jr. en su canción ‘Un amigo como yo’ hace un oda a la amistad sincera cuando resalta: “Si alguno quiere quererme, me tiene muy fácilmente, porque yo me entrego todo, doy mi amistad con amor, si un amigo me convence, no se me va fácilmente  porque lo estrecho en mis brazos  y lo meto en mi corazón: si usted busca un amigo búsqueme  a mí pa’ que sepa quién soy yo; si busca un amigo búsqueme a mí porque yo soy el mejor”.

Con esta canción haces un recorrido por el tiempo y recuerdas a los amigos de infancia, algunos perduraron, otros simplemente pasaron y ya. Los amigos de estudio, que  llenan  el corazón de afecto y respeto, nostalgia de los años que se fueron y no retornan más; me corresponde resaltar esa fabulosa promoción de bachilleres del Instpecam  del año 1982, seguimos juntos y rescatando la amistad sincera, la fuerza en los años de mocedad de otrora y  la garantía de compañía en el otoño cercano.

Este año 2020 decidimos unirnos y llevarles a los niños de Badillo  un regalo que albergará una sonrisa en su corazón. Lo logramos con la ayuda de muchos amigos más, una tarea loable que nos dejó un sentimiento de orgullo y generosidad que podemos estar replicando en años venideros con la misma fuerza. Eso esperamos.

Cerramos este 2020 con la esperanza de encontrar una luz en el túnel oscuro que hoy transitamos, de seguir unidos; lloramos a los seres que amamos y que este año, nefasto y cruel,  viajaron al encuentro con el creador. Va una oración para ellos. Hay que seguir, este año nos enseñó que el mundo es para valientes, no podemos bajar la guardia ni dejarnos vencer de las vicisitudes. 

Nos veremos en el 2021, con la esperanza puesta en Dios. Los días con sus auroras vienen llenas de luz y olor a amor, después de noches oscuras. Fe y optimismo, mientras haya vida hay esperanza; todo será de acuerdo al color del cristal con el que decidas vivir y ver tu vida. A los amigos que quiero, gracias por estar.   Sólo Eso.

Categories: Columnista
Eduardo Santos Ortega Vergara: