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Sí a las fotomultas, pero sin abuso

Aplaudimos todas las medidas legales encaminadas a imponer el orden en la ciudad de Valledupar, en especial en las zonas céntricas. Ese ha sido un permanente pedido que hemos hecho a través de estas líneas.

Es obligación de las autoridades municipales garantizar una movilidad fluida y segura, para ello recurren a las sanciones por mal parqueo o estacionamiento indebido, estas son las más comunes y últimamente se han incrementado en Valledupar con la implementación de las conocidas fotomultas y los avisos de detención electrónica.

Sin embargo, la aplicación de estas medidas debe ser equilibrada y justa para no caer en el abuso de autoridad ni en la permisividad que genere caos y desorden. Son muchas las quejas que hemos recibido por supuestos malos procedimientos al momento de aplicar los comparendos por ese concepto.

Lo primero que debemos reconocer es la importancia de las sanciones de tránsito como herramientas para fomentar el cumplimiento de las normas viales por parte de las autoridades, pero estas también deben propender por educar a los conductores sobre la necesidad de respetar el espacio público y garantizar la seguridad de todos los usuarios de la vía, incluyendo peatones y ciclistas.

Consideramos que el éxito de estas sanciones depende en gran medida de su aplicación justa y proporcional y que no se desvíe su espíritu de naturaleza correctiva, esto, según las denuncias recibidas, en algunos episodios no se pone en práctica en Valledupar.

Denuncian que los agentes de tránsito, en especial los de la patrulla de la camioneta, en algunos casos, no se les observa un espíritu transparente de imponer orden, educar y crear conciencia ciudadana sobre el buen uso de las vías públicas, sino que “andan en plan de cacería y rebusque, se esconden, toman las fotos y en cuestión de segundos hacen comparendos corriendo, estando uno dentro del carro, se les nota es un ánimo de cobrar y no de contribuir a la buena marcha de la movilidad”, dijo una señora que fue sancionada, según ella, de manera injusta.

Reconocemos que dura lex sed lex (dura es la ley, pero es la ley), pero de igual manera estas son hechas por seres humanos para ser aplicadas a seres humanos y es ahí donde entra a jugar papel importante el grado de sensatez y buen criterio de los encargados de ejercerlas. Hay casos de casos como los que se están denunciando en las zonas céntricas de Valledupar.

Debe prevalecer el respeto a las normas como único mecanismo para garantizar el orden de la ciudad, eso no admite discusión alguna. Lo que no se puede perder de vista es la equidad en la aplicación de sanciones, eso implica proporcionalidad de las multas. Las sanciones han de ser lo suficientemente disuasorias para evitar conductas indebidas, pero no excesivamente gravosas que afecten desproporcionadamente a ciertos sectores de la población.

Tal parece que en Valledupar está haciendo falta el componente de pedagogía y estrategias encaminadas a fomentar cultura ciudadana.

La transparencia y la consistencia son claves. Las autoridades deben garantizar que las normas de tránsito y las sanciones correspondientes sean claras y estén al alcance de todos para evitar que estas se perciban como una forma de extorsión. Allí es necesario que los agentes de tránsito actúen de manera imparcial y que las decisiones se basen en evidencias concretas y verificables.

No obstante, a nuestra ciudadanía el llamado que le hacemos es a respetar de manera rigurosa las normas de tránsito y a darles buen uso a las vías públicas, con esa sencilla formula se evitarían grandes problemas y hace una valiosa contribución al orden de nuestra Valledupar.

Categories: Editorial
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