Ciertas ONG producen información temeraria como la que se filtró ayer en este diario al afirmarse que la minería producía estragos en la agricultura del departamento. Se dan datos, se omiten otros, esconden una intención ideológica para destruir la actividad. EL PILON ha sido receptivo a diversas opiniones, registra la posición de los sindicatos mineros, de las comunidades afectadas, las justas denuncias sobre el proceder de las principales empresas de capital extranjero. Pedimos que sus prácticas ambientales, sociales y fiscales sean correspondientes a la generosa oferta que les hizo la sociedad colombiana y esta región.
Acompañamos a las comunidades del corredor férreo, hacemos eco de los pueblos pendientes de reasentamientos, hemos denunciado en las páginas noticiosas y de opinión la timidez de las autoridades a la hora de controlar, en casos concretos, la actividad minera. Pero no podemos dejar pasar nuestra responsabilidad de informar y de formar una opinión sensata y responsable, con base en los hechos y los fundamentos de la ciencia social y los argumentos técnicos.
Hay mucha confusión, como responsabilizar a las mineras del mal uso de las regalías. Y qué culpa tienen ellas de que las dilapiden, en poca planeación y mucha corrupción, algunos alcaldes y sus equipos, lamentablemente elegidos. Qué culpa tienen de que en la región minera se valore más a un rico corrupto que a un maestro honesto, en una inversión de valores, tolerada por ciertos sectores comunitarios.
Países y regiones han aprovechado adecuadamente los recursos naturales del subsuelo, como Noruega, Canadá, Australia, Chile, Estados Unidos y China. Estudios demostraron que la contribución minera a la industria de Antioquia, que permitió la acumulación de capital y su aporte en sociedades, la infraestructura de transporte, de servicios y de formación técnica. La Escuela de Minas, tiene más de 100 años formando ingenieros en todos los campos.
El Cesar tiene un millón y medio de hectáreas de tierras planas tractorables y si es por ocupación la minería en explotación -no confundir con lo que está solicitada o en exploración- no usa 20.000 hectáreas. Si se ganaderizó el departamento y escaseó la agricultura es por otras razones.
Hace 25 años en 12 mil hectáreas de haciendas contiguas de tradicional latifundio en el centro, las familias Malkum y Arango de Medellín empleaban en sus ganaderías 50 personas mal remuneradas, sin prestaciones ni seguridad social integral, hoy ahí se generan 9.000 empleos, con derechos sindicales, se perciben $ 50 mil millones mensuales en salarios. Si calculamos toda el área intervenida son 15.000 empleos directos, más salarios y se generan cientos de miles de millones en regalías.