Suena el celular, ella lo sostiene entre sus manos y lee en su whatsapp un mensaje bastante insinuante de su pareja, que le manda a su vez una imagen semidesnuda, invitándola a tener un encuentro especial por chat. Ella responde en la misma tónica erótica con otro mensaje cargado de exhibicionismo.
Este es apenas el comienzo de una larga y exótica noche de feedback (realimentación) que es protagonizado por un encuentro sexual realizado a distancia a través de la multimedia.
Talmente este caso podría ser un ejemplo de sexting, una particular manera de establecer relaciones íntimas mediante envíos de mensajes de textos, vídeos e imágenes, que con la llegada de las nuevas tecnologías se propagó envolviendo a los jóvenes del nuevo milenio.
Aunque esta herramienta es bien vista por sexólogos al considerar que es una herramienta que aviva el deseo sexual, se ha convertido en una tendencia manejada por jóvenes que pasa desapercibida entre los padres de familia y que muchas veces podría convertirse en delito.
“Toda persona puede usar esta manera de relacionarse, lo que pasa con los jóvenes es que son nativos digitales, es decir, nacieron naturalmente bajo los efectos y beneficios de la era moderna que han tenido mucha facilidad de encontrar la satisfacción de sus necesidades a través de la tecnología y es necesario considerar que la primera etapa del deseo sexual impulsado por las hormonas no se activa simplemente por el roce físico, sino también por la fantasía, haciéndolos más sensibles ante una imagen y texto que estimule o satisfaga el deseo”, explicó la médico sexóloga, Nereyda Lacera Reales.
¡Cuidado puede convertirse en delito!
Si bien esta práctica es conocida desde años atrás como un mecanismo de ‘picante’ para la relación amorosa, puede también ser peligrosa al ser sensible para convertirse en delito.
Dado que “una vez que la información esté compartida, se pierde el control sobre las fotografías y vídeos, pudiendo ser difundida de forma viral en internet, puesto que, aun cuando existe confianza en las parejas que practican sexting, las personas no están exentas de que el contenido compartido sea extraído de su dispositivo sin su consentimiento”, explicó Camilo Gutiérrez, jefe del Laboratorio de Investigación de Eset.
Por esta razón la multimedia utilizada por adolescentes para realizar el sexting podrían ser altamente víctimas de este delito, al estar propensos por su inmadura edad de que sus imágenes altamente sexuales sean transferidas por un tercero para ser producidas por pornografía o divulgadas en las redes sociales que dañen su reputación.
Sin dejar de una lado que el la practica sexting puede convertirse en grooming, que es cuando un adulto inicia una serie de acciones deliberadamente emprendidas a un menor de edad para ganarse su amistad y crear una conexión emocional con él con el fin de disminuir las inhibiciones del infante y poder abusar sexualmente de él.
Por consiguiente, la ley colombiana 1581 del 2012 sobre protección de datos personales, dice que todo archivo que tenga que ver con la vida sexual e íntima de una persona está protegida y si se comparte sin ningún consentimiento del autor puede dar 8 o 12 años de cárcel y si es menor de edad no hay derecho a rebaja de penas.
Y aunque la ley nacional asimismo atribuye como delitos de pedofilia o sexuales cualquier fotografía o vídeo de un menor de edad que sea expuesta en la red sin consentimiento del autor inicial, el peor daño que podría experimentar el joven sería el psicológico, al exhibir según expertos pérdida de identidad o problemas de relacionarse socialmente al sentir que su imagen ha sido denigrada.
Según la Policía de Infancia y Adolescencia en el Cesar, en lo que va corrido del año se han registrado dos casos de este tipo en el Gaula.
Para tener en cuenta
* En casos de que su hijos sea víctima de este delito puede demandar ante Comisaría de Familia, Fiscalía General de la Nación, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Policía Nacional y Gaula.
* Como padre de familia trate en lo posible de tener bajo control la tecnología y redes sociales que poseen los menores de edad.
* Este tipo de delito suele darse por las redes sociales más conocidas que operan actualmente.
Por Marllelys Salinas