X

Serafines y querubines de Fundación

“…Que existe detrás de la mentira, sino la oscuridad, que existe detrás de la verdad, sino la luz, que existe detrás de la luz, sino Dios…” Pocas cosas me han impresionado y conmovido tanto, como la tragedia de Fundación, muchas personas estarán de acuerdo conmigo en este sentir, tanto ha sido el impacto, que no he dejado de pensar en los niños y en sus familias ni un solo instante, les confieso que no he tenido un minuto de sosiego, desde lo ocurrido.

Hablando del doloroso asunto, con amigos y personas del común, muchos hemos coincidido en que sin lugar a dudas, este siniestro lleva un mensaje divino, el hecho de tratarse de estas criaturas, la forma dolorosa en que fallecieron y el singular ingrediente de que precisamente vinieran de asistir a un acto religioso, así parece confirmarlo.

Buscando quizás la manera de homenajear a nivel personal, la memoria de estas almas, me puse a mirar imágenes y pinturas de Ángeles, Serafines y Querubines, me tropecé con la obra del pintor chileno: Américo Hume, encontré una pintura en especial cuyo nombre es: “Querubín,” me impresionó por su realismo, belleza y sobre todo, por el inmenso parecido del angelito allí pintado, con varios de los niños de Fundación, mayor fue mi sorpresa cuando me enteré de que esta pintura, forma parte de su obra denominada: “Apocalipsis,” desarrollada en el año de 1990 hasta el 2003, en la exposición están escritos mensajes, que le fueron entregados al artista plástico, por revelaciones acontecidas durante este periodo, los cuales hablan del comportamiento que debería tener el hombre, frente a su entorno, su vida y frente a sí mismo, antes del final de los tiempos.

Esto no lo veo como una casualidad, sino como una respuesta a mi desasosiego y al de muchos sobre el asunto, pues todos estamos sobrecogidos con esta pérdida, sin importar edad ni condición social. Hablando con mi amigo y compañero laboral, Héctor Ortiz, hombre sensato y sensible, llegamos a la conclusión de que resulta insólito, de que en medio del dolor y desesperación, algunos niños tomaron la noble y heroica decisión de salvar a otros más pequeños, sin importarles el fuego que los quemaba, tal cual como hizo Jesucristo al dar su vida por todos nosotros.

Este es indudablemente, uno de los mensajes explícitos de esta calamidad, Dios quiere que seamos menos indolentes frente a los pesares y tristezas del prójimo, que seamos más unidos, que obremos sin odios, sin miedos y sin egoísmos. Lo cierto es que estos chiquillos están jugando alegres en el paraíso, no es nada casual de que fueran estas criaturitas, así lo quiso Dios, por eso los Serafines son llamados: “Las flameantes llamas del rayo,” “Rayos de fuego del amor,” o simplemente “Llamas Ardientes,” y ellos al igual que otros ángeles y querubines (los cuales son representados específicamente por niños alados) se caracterizan por el ardor y la pureza con que aman las cosas divinas.

Destaco la labor del Pastor a quien no culpo ni juzgo, porque el hombre estaba adelantando una bella obra, haciendo que estos infantes desde muy temprana edad amaran y respetaran las cosas de Dios, en realidad el hombre si tiene cierta responsabilidad en el asunto, pero estoy seguro que no obró de mala fe, lo más probable es que las condiciones económicas lo obligaran a contratar un solo vehículo, el cual lastimosamente estaba en malas condiciones, eso sumado a la ignorancia e indolencia del chofer, quien si es el verdadero responsable, causaron esta desgracia.

Categories: Columnista
Julio_Mario_Celedon: