X

Ser decente cuesta

Curiosamente, no hay mucha literatura clásica sobre la decencia, como en efecto existe sobre el hombre, la dignidad, la lealtad y otras tantas virtudes por las cuales se hace matar la gente.

La decencia no solo se refiere al comportamiento de las personas. Todos aspiramos a vivir en una casa decente, a tener un ingreso decente, a vivir ante gente decente. Esto último para muchos puede tener una connotación clasista o elitista, pero se equivocan: la decencia no reconoce clases y sin duda, hay más decencia en los estratos bajos que en los altos y por supuesto, todos aspiramos a morir decentemente. Es, pues, un concepto algo abstracto.

La decencia tiene que ver igualmente con ciertos rasgos básicos del carácter, como la honestidad, la integridad o un sentido de lo que es justo y equitativo. Ser decente (perdón por la indecencia) no cuesta un c…, dicen por ahí. Pero sí cuesta. La presión para que actuemos de manera indecente a través de la vida es constante y permanente.
Parte importante de la decencia se adquiere en un buen hogar, pero se pierde por las malas compañías. La codicia, los celos y el egoísmo son enemigos de la decencia y cada hogar le pone su propio umbral. Por ejemplo, mi madre Lety Palmera, aparte de lo obvio, consideraba que la ostentación o expresarse con grosería estaba por debajo de lo decente. Si hoy estuviera viva se escandalizaría y no sin razón por los temas escatológicos que tanto le gusta ventilar a ciertos columnistas, o algunos realities. Tratar de mantener esos umbrales con nuestros hijos en el mundo de hoy no ha sido tarea fácil. Con el internet están tan sólo a una tecla de los más indecentes, cuanto no vulgar, aberrante y pornográfica.

De manera que un buen propósito para este año que comienza, es encontrar el coraje suficiente que nos permita ser un poco más decentes. Para que todos podamos vivir una vida más decente en un país asimismo un tantico más decente.

Y como es mi costumbre trataré otros temitas: Estoy sorprendido de tanta corrupción. Todos los días recibo quejas contra funcionarios corruptos. Que no se denuncian por temor a represalias y amenazas. Conviene ponerle atención al servicio público porque la incompetencia y corrupción hacen estragos. En nuestra ciudad debemos tener a su servicio la gente mejor preparada y honesta.

No me explico qué lleva a un profesional con un alto cargo, buen sueldo y reconocimiento público al soborno o la “mordida” que induce a la persona a trocar los comportamientos éticos por acciones perversas y corruptas.

Valledupar está llena de estos personajes, se escapan muy pocos.

Muy buena la noticia que nos da la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata sobre la creación de la modalidad de Acordeón Femenino. Cuenta con mi apoyo. Grave la situación de los estudiantes de Valledupar que siguen sin alimentación escolar por ser declarado desierto el proceso de licitación de dicho contrato (PAE). Afortunadamente, se llegó a un acuerdo entre la Alcaldía y la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata para el uso del parque de la Leyenda para su realización.

Lamento la muerte de mi distinguido amigo José Antonio Baute Fernández de Castro y hago llegar mis notas de condolencias a su distinguida familia.

Categories: Columnista
Alberto_Herazo: