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Sentimiento vallenato a toda prueba

Si algo es muy fuerte en el mundo del folclor vallenato, desde Valledupar y traspasando muchas fronteras, es ese sentimiento y esa sensibilidad que emana de la magia de la música vallenata. Hoy, cuando se cumplen 30 años de la trágica muerte de ese gran cantante, Rafael Orozco Maestre, se ratifica una vez más la fuerza del sentimiento vallenato, capaz de poner de acuerdo a miles de personas por un mismo gusto musical, rindiéndole honores a quien fuera un gran ídolo del canto vallenato.


Se podría decir que el proceso musical vallenato, representado en todos sus grandes talentos, pero que hoy hacemos referencia de manera específica a Rafael Orozco, es uno de los pocos fenómenos de masas que logra unir a todo pueblo, aunque disperso en distintos lugares, alrededor de una pasión llamada música vallenata, sin distingo de color político, credo o clase social, todos comparten eso que hemos llamado sentimiento vallenato, porque encarna sus vivencias con sus alegrías y tristezas, con sus triunfos y fracasos, con sus nostalgias del pasado y ratificación del presente.


Revivir la grandeza y el recuerdo musical de todo lo que significó Rafael Orozco y su agrupación Binomio de Oro, que conformó al lado de ese grande del acordeón, Israel Romero, es la más auténtica expresión cultural no solo del pueblo donde nació y de los otros lugares donde se hizo musicalmente famoso este excepcional artista, sino de todo ese universo integrado por el público que comparte el gusto vallenato.
Todo eso es lo que hace posible y permite entender las distintas manifestaciones espontáneas que desde ayer y que hoy con más intensidad se escuchan, se ven y se palpan alrededor del repertorio musical de Rafael Orozco.


Hoy su música se escucha como en su mejor momento, su historia, detalles de su vida, sus anécdotas, sus luchas por surgir de un pueblo en donde todo pareciera ser más difícil, porque allí solo reinaba la desesperanza, pero él con su talento y disciplina demostró que no importa el lugar donde se nace, sino que lo más importante es a donde se puede llegar.


Y llegó muy lejos, fue uno de los primeros en decirle al mundo que aquí, en esa comarca que Gabriel García Márquez llamó Macondo, existía una cultura con sello propio que se llama música vallenata, hoy principal referente cultural de Colombia ante las esferas del orden internacional.


Eso explica porque hoy tantos escritores se inspiraron para resaltar y rendirle homenaje a ese gran ídolo capaz de competirle de tú a tú a ese ‘monstruo’ musical llamado Diomedes Díaz.


Homenajes en Becerril, especiales musicales en diversas emisoras de aquí y de allá, tendencias en las redes sociales, crónicas periodísticas, entre otro tipo de manifestaciones en honor al artista, hacen parte de la agenda que, de manera natural y espontánea, se desarrolla en el mundo vallenato para rendirle homenaje a Rafael Orozco en los 30 años de su triste partida.


Todo ello es la prueba fehaciente de que nuestro sentimiento vallenato, nuestra cultura vallenata hoy está más viva que nunca, algo fundamental para el desarrollo de nuestra gente, porque bien lo dijo el pensador que “un pueblo sin cultura es pueblo sin futuro”.

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