Esta segunda semana de octubre ha sido realmente revoltosa. Inquieta. Distinta. Con los mismos problemas viejos, y otras tendencias, nuevas visiones dicen los expertos de hoy, que eran los asesores de ayer.
A nivel local el gobernador anunció un trato más amable con los congresistas del Cesar para que entre todos trabajen por el bien, la tierrita; cosas que todos ellos dijeron en sus campañas, algo viejo. En temas de alcaldía hablan de una crisis de gabinete como si eso resuelve los eternos problemas nuestros, que es administrar pobreza, pero salir ricos de los cargos, algo muy viejo en nuestras costumbres políticas y administrativas, pero que no entendemos quienes no somos economistas.
En lo nacional la cosa estuvo peor, temas viejos que el sistema renueva, la libertad del expresidente que vino hablando largo, acabar la JEP, reformar el sistema de las Cortes, proponer un referéndum, bajar sueldo y reducir el Congreso. Siempre se ha dicho que un secuestrado cuando aparece habla por los codos, y para muchos de sus seguidores, estaba secuestrado. Al tiempo la moción de censura para el ministro Holmes que se dice será candidato y de remate una Minga indígena exige conversar a nivel presidencial, o amenaza con “tomarse” a Bogotá. Ni ellos saben que los bares están cerrados.
El gobierno recuerda permanecer en casa, pero con tanta cosa junta asomarse a la ventana, es tentación, preguntar o que le pregunten algo, desde la selección nacional de futbol que jugaron encerrados en Barranquilla, solo el Minjusticia e hijos pudieron ver de cerca, y volvemos a preguntarnos como Echandía, ¿El Poder para qué? ¡Para eso!
Nos salvó un poco las noticias, los anuncios de los premios Nobel, nos recuerda que la academia sueca anualmente, la labor de hombres, mujeres y organizaciones que proponen a la humanidad sea más pacífica, menos conflictiva, más investigadora, y en el fondo más humana. Pero resulta que los temas también son viejos, el premio a los física por los agujeros negros, en química por las tijeras genéticas, medicina el descubrimiento del virus de la hepatitis C; paz, al Programa Mundial de alimentos, economía a unos expertos en subastas, algo que nosotros confundimos siempre con rebajas, y literatura, al fin, a una mujer, poeta, profesora, Louise Gluck, que desde pequeña cultivó la poesía como forma de vida.
Si volvemos a asomarnos a la ventana, es muy posible querer escuchar una poesía en estos tiempos difíciles, en lo laboral y por supuesto en lo financiero, la literatura al menos nos pone a viajar mentalmente y vivir otras vidas distintas, quienes no tienen condición de lectores, solo viven su vida, mala o buena, pero sólo esa.
Como los vallenatos nos gusta sobretodo entretenernos, tenemos listo varios platos: política, ojo al 22, comercio, apertura de bares y sitios alegres, futbol por doquier, como ya se anuncian los candidatos para alcaldes y gobernadores, también participamos del bingo, mientras tanto Silvestre Dangond nos dejará frente a las pantallas con su anunciado concierto, mientras aprende gestos para interpretar al Maestro Leandro Díaz, en la serie que veremos el año entrante. Actores naturales, habrá casting, estén pendiente. ¡Ay, octubre!