Ya comenzamos a vivir la Semana Santa de 2015, con las diversas actividades religiosas. El viernes se realizó el Viacrucis que es un adelanto a la semana santa de Valledupar, preludio de la semana mayor que todos celebramos con fervor y recogimiento, celebramos el domingo de ramos presidida por monseñor Oscar José Vélez, el lunes santo como la procesión de nuestro patrono Santo Ecce Homo congregando a miles de feligreses católicos.
Esta es una semana de reflexión para todos los católicos del mundo.
En especial para los vallenatos que en muchas ocasiones vivimos alejados de Dios y llenos de odios, envidias, y venganzas. Mañana jueves pero en especial el viernes santo se escuchará la opinión de los prelados de la iglesia católica a través de sus sermones, examinando a la luz del evangelio temas y problemas de actualidad.
El ambiente de Semana Santa es propicio para revisar en el campo privado y el público cada derrotero. Que nos sirvan estas cortas vacaciones para revisar nuestras vidas, acercarnos a la iglesia, visitar a los enfermos, a las cárceles y monumentos no como si fuera una guía turística si no con piedad y devoción.
En el campo político un poco de reflexión, que no seamos responsables del caos en la que pueda vivir la ciudad con aquellos gobernantes mediocres que muchas veces elegimos. Escojamos a nuestros mejores hombre o mujeres para los cargos públicos y por agregar algo por precandidatas a la gobernación de la talla de Katrizza Moreli Aroca, joven intelectual y con un don de carisma extraordinario. Por ahí vi a muchos precandidatos a la gobernación y a la alcaldía asistiendo el lunes santo a la misa de nuestro patrono, como si esto los fuera a salvar. Pobrecitos.
POSDATA: huele a feo en la UPC. Si por las altas cortes llueve, los escándalos en la UPC no escampan. Suenan rumores de corrupción y gravísimos que esperamos que las entidades de control investiguen: Procuraduría, Fiscalía y Contraloría.
Sería bueno revisar algunas licitaciones o convocatorias, algunas acomodadas y manipuladas con intereses particulares, rodeadas de personas que le han hecho mucho daño a la universidad.
Hay que comenzar a investigar a altos funcionarios y por qué no al consejo directivo. En la próxima columna denunciaré el caso con nombres propios y ojalá no llegue a la conclusión de llamarlos y tildarlos “sinvergüenzas” y “corruptos”.