Hace una década recorrer la vía a Atánquez o algún otro corregimiento del territorio mantuano, era casi una hazaña. Lo mismo ocurría en el sur de La Guajira, en los sitios turísticos enclavados en la Sierra Nevada de Santa Marta o la Serranía del Perijá. Y si recordamos los finales de los 90 y comienzos del nuevo siglo, era peor. El miedo invadía a sus nativos y más a los turistas que podían ser víctimas de un secuestro, desaparición y en el peor de los casos, homicidio.
Fue la época oscura, peligrosa, que enclaustró a la ciudadanía en las ciudades y cascos urbanos. Hoy parece que todos los caminos conducen a la paz y por eso hay que resaltar la buena estrategia que presentó la viceministra de Turismo, Sandra Howard, en Valledupar, que busca que el turismo sirva para generar empleo y reconciliación en el escenario que abre el posconflicto si se firma la paz entre el gobierno y la guerrilla de las Frac.
‘Seguro que te va encantar’ es una apuesta importante porque pone los ojos en aquellos territorios olvidados, estigmatizados muchas veces por ser enclaves de grupos armados ilegales, y les da un nuevo aire. Aunque ya muchos han recobrado su luz y brillan como antes como destinos turísticos, les hace falta más apoyo gubernamental para que sea aprovechada mejor su potencial cultural.
‘Seguro te va a encantar’ comenzó con un recorrido en el bus de la paz que arrancó desde Valledupar, pasó por San Juan del Cesar, Riohacha, Palomino y Ciénaga, destinos que hacen parte de tres departamentos unidos por la Sierra Nevada de Santa Marta, sus costumbres y la calidez de su gente.
Que bien que esta campaña sea apoyada por el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle, y por el alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Huía, y lo mismo por sus homólogos en los otros dos departamentos. En sus planes de desarrollo tienen la oportunidad de aprovechar más el potencial turístico, esta vez sí en serio, porque las inversiones hechas en los dos últimos cuatrienios han sido pírricas.
Llegar a Río Seco, luego a Pitillal, La Mina, Pontón, Ataques, Chemesquemena, Guatapurí, visitar La Junta, Corral de Piedra, El Totumo, pasar por Palomino y disfrutar sus playas, no tiene precio. De estos sitios mencionados Palomino, a pesar de ser una zona que sufrió descarnadamente el conflicto armado, especialmente por la presencia sanguinaria del paramilitar Hernán Giraldo, es un ejemplo que bien podrían emular en el Cesar y Valledupar. Hoy tienen toda la oferta que un turista necesita y eso es lo que hace falta en nuestros corregimientos en Valledupar, que tienen toda la belleza natural, pero no hay una estructura que ofrezca servicios básicos para un turista.
Hoteleros, empresarios, líderes comunitarios, organizaciones sociales indígenas y afrodescendientes, gobernantes: hay que subirse al bus de la paz y del turismo, por nada los puede dejar el bus.