El miércoles, ante la Comisión de La Verdad, varias víctimas de secuestro por las Farc se expresaron, en presencia de sus altos mandos, y su testimonio halló resonancia, mostrando la sevicia de una práctica que ha sido común en las guerrillas colombianas y que envileció su levantamiento contra el Estado. Fue un levantamiento contra la sociedad civil, contra personas de todas las condiciones. Ese cruel tratamiento de coartar la libertad individual, y mofarse de su retención, exhibiéndolas como presos en la selva, ha sido un pesado fardo sobre el afán de la extinta guerrilla de abrirse un espacio en la sociedad, en la política y en el corazón de sus compatriotas.
Lo decimos a pesar de que hemos mantenido la posición editorial de apoyo al proceso de paz y sus acuerdos – considerados imperfectos e incompletos (no incluyo al ELN)-, bajo el concepto de que los beneficios de su implementación son muy superiores a sus sacrificios y a los costos de no haberlos firmado.
Fue sobresaliente, como era de esperarse por la expectativa que se había generado, la intervención emocionada de Ingrid Betancourt, recabando en el corazón de los dirigentes de las Farc muestras de su profundo arrepentimiento. De estos esperó sin fruto lágrimas.
Pero lo no previsto fueron las sentidas y honestas palabras de Roberto Lacouture Méndez, dando fe de su secuestro acaecido en 1989, y de la agresión de la guerrilla a su familia, que dio por resultado la muerte de su tío Fabio Lacouture. Se identificó como católico, conservador, en proceso de perdonar pero no olvidar. Pero el odio no anidó en su ser: el excomandante Solís Almeida dijo a EL PILON hace un año, en el ETCR de Tierra Grata, que la variedad del maíz que sembraban había sido por la semilla suministrada desde Fenalce por Lacouture. De pequeños gestos se siembran las semillas de la paz.
VACUNAS CUBANAS
La vacuna Abdala contra el covid-19 mostró eficacia del 92,28 % tras la aplicación de tres dosis. Eficacia similar a las de Pfizer o Moderna y superiores a las de AstraZeneca o Sputnik.
“Es una excelente noticia y nos llena de optimismo en la región, donde sigue habiendo un gran déficit de vacunas”, dijo el representante en la isla de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el epidemiólogo peruano José Moya (El País).
Cuba tiene más de 30 años de experiencia en producir vacunas, el 80 % de las tradicionales que aplica las ha desarrollado. Algunas, como las de la hepatitis B han sido usadas ampliamente en América Latina, con el respaldo de la OMS.
“Paradójicamente, este logro científico cubano ocurre en medio de una gravísima crisis económica, y escasez de insumos incluidos los antibióticos. “Esto solo se explica, según el epidemiólogo, por el nivel científico alcanzado y la existencia de una amplia red de centros de investigación que, aunque tengan pocos recursos, mantienen su saber hacer intacto”.
La isla lo ha apostado todo a sus propias vacunas, por esta razón no participó en el mecanismo Covax de la OMS ni las adquirió en el mercado internacional. Acumula 175 mil contagiados y 1.600 muertos, en una población de 11,3 millones.