Por Raúl Bermúdez
Error de cálculo el que cometieron los personajes que de acuerdo a las versiones de Otty Patiño y Emilio Tapias conspiraron para lograr que el Procurador Ordoñez destituyera e inhabilitara políticamente por 15 años al legítimo alcalde de Bogotá, Gustavo Petro. Pensaron que pasaría lo mismo que con Piedad Córdoba ex – senadora también elegida por el voto popular y víctima de un tratamiento similar. En esa oportunidad los influyentes medios de comunicación privados aprovechando la malquerencia que ellos mismos propiciaron contra esta incansable luchadora por la paz, lograron convencer a la opinión de que la decisión del Procurador era justificada. Con Petro la cosa ha sido a otro precio.
En los días siguientes al suceso que estremeció a Bogotá y al país, se ha desencadenado una serie de acontecimientos que pueden llevar a ampliar esta democracia imperfecta. Como siempre, esa lucha por las libertades democráticas, tiene el mismo protagonista: el pueblo. Los ríos de gente que de todos los rincones de Bogotá y el país llegan a la plaza de Bolívar a expresar su indignación contra el autoritarismo medieval, o como allí se dice, contra una especie de monarquía de corte fascista que sanciona y aplasta a aquellas corrientes ideológicas distintas a las que profesa el monarca, son sencillamente impresionantes.
Adultos, jóvenes y niños corean consignas por la paz y la democracia. Obreros, campesinos, indígenas, estudiantes, empleados, colectivos de mujeres, población afro descendiente población LGTB, artistas, desplazados, reintegrados, amas de casa, Raimundo y la mayoría del mundo se solidarizan con el destituido alcalde. La comunidad internacional representada en la ONU, la Unión Europea y hasta el gobierno de Baracka Obama muestran su preocupación por lo que consideran un exabrupto: que un funcionario administrativo pueda decretar la muerte política de un funcionario público elegido por el voto popular.
El fiscal Eduardo Montealegre lo ha expresado de la mejor manera: “En la Procuraduría existe un monopolio de índole medieval que abre la investigación, la instruye y la falla en primera y segunda instancia”. A pesar de ese autoritarismo excluyente, como lo señaló algún analista político, “El tiro les salió por la culata”. El corroncho se les creció y su programa de Bogotá Humana, puede convertirse en el programa Colombia Humana a través del Frente Político y Social que a no dudarlo saldrá de esta histórica coyuntura política. Vientos a favor de la paz y la democracia en Colombia soplan fuertes desde la Plaza de Bolívar y se irradian en todo el país.
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