Algo sobre
Por: José Romero Churio
El presidente Santos, comienza su gobierno con la aparente voluntad de ejecutar una gestión administrativa, capaz de materializar por lo menos algunas prioridades de los colombianos, entre las cuales, superar la situación política que entorpecía el comercio con Venezuela y Ecuador era perentorio, como asimismo es indispensable corregir las viejas mañas políticas que generan múltiples irregularidades en el país; sin embargo, ad portas de la mitad de su cuatrienio gubernamental, poco o nada le ha salido bien.
Su convocatoria a la unidad nacional, busca fortalecer la jerarquía que le permita plasmar su proyecto político. Pero la mayoría de quienes lo respaldan son padrinos a ultranza de las antañas costumbres, que con la alianza gubernativa conservan las condiciones que malversan los erarios locales, regionales y nacional. Además de aprovechar las ejecutorias oficiales para obtener otros beneficios individuales.
Ahora, como prueba fehaciente, tenemos el escándalo por la reforma a la justicia. Es obvio que la adición de micos a su texto fue una descarada componenda que favorece múltiples intereses. Lo que se le oculta al pueblo es quien o quienes son sus artífices intelectuales.
Cuando el presidente Santos acogió al presidente Chávez como su nuevo mejor amigo y se reconcilió con el presidente Correa, a todas luces, con el ánimo de arreglar de manera diplomática las relaciones bilaterales, su antecesor se le vino lanza en ristre con todos sus aliados. Y hasta lo tildan de comunista, por que también reconoce el conflicto interno con la guerrilla, a pesar de que todo mundo sabe que la guerrilla en el país es un reducto armado narcoterrorista.
En la solución de la crisis del sistema de salud, podría decirse que el presidente Santos entró por la puerta grande, pero se escurrió por la ventana del traspatio. Pues la nueva reforma que le hizo a la ley 100, en realidad, en nada soluciona la deficiencia del sistema de salud, ya que los afiliados a las EPS siguen sufriendo la desatención y muchas IPS en quiebra.
En su Plan de Desarrollo, la política “Prosperidad para todos” es el estandarte de su gobierno, que en verdad no pasa de entusiasta lema publicitario. Las locomotoras que impulsan el desarrollo andan con muchas dificultades, franca desventaja para enfrentar los TLC acordados con Estados Unidos y otros países desarrollados que nos superan ampliamente en productividad y competitividad.
De las cinco locomotoras del presidente Santos, la que mejor anda es La Minería, que si bien es cierto produce muchos empleos y regalías, también conlleva mucho perjuicio al ambiente, a menudo irremediable con efectos adversos irreversibles, tales como enfermedades incapacitantes o incurables, desforestación, secamiento de ríos y aridez de tierras, entre otros.
En cuanto a La Vivienda, por su alto costo –si es digna? es uno de los problemas mayúsculos de Colombia. Germán Vargas Lleras con aspiración presidencial pasa al Ministerio de Vivienda con el objetivo especifico de entregar 100 mil viviendas gratis a los más pobres del país. Estas apenas son el 10% de las casas ofrecidas por JM Santos en su programa de gobierno. Esperemos en que queda el nuevo ministro de Vivienda, con tan enorme compromiso que ningún gobierno ha podido cumplir.
La locomotora de La Infraestructura anda tan mal, que en el diseño de la construcción del túnel de La Línea, el tramo vial más costoso del país, se olvidaron de su vía de salida, lo que retardará por varios años su inauguración, cuya fecha estaba programada para septiembre de 2013.
En La Agropecuaria, ojalá no se repitan otros AIS con la restitución de tierras a los desplazados. Y dudo que las regalías asignadas para La Innovación, alcancen para la alta formación universitaria que requiere la creación de ciencia, investigación y tecnología que pueda competir con la de los países desarrollados.
En fin, cabe preguntar ¿Será que el presidente Santos aspira a la reelección? La respuesta a esta incógnita se conocerá en poco tiempo.
¡Atención!: el país entero clama celeridad con sentencia justa en los procesos Colmenares y Sigfredo López.