El rezago de la Alcaldía de Valledupar en la reparación de la malla vial tiene martirizados a los conductores, pero con la vida alegre a Cristián Arques Villalobos, un joven de 19 años de edad, que se gana la vida tapando huecos en las diferentes vías de la ciudad. Confiesa que sale muy temprano de su casa, en El Gato, una invasión situada en inmediaciones del barrio La Nevada, “a cazar huecos”.
“Lo que no hace la alcaldía o el secretario de obras les toca hacerlo a jóvenes sin empleo”. “Reparchean las calles principales y en los barrios siempre está el mismo caos de huecos”. “Tapan y tapan zanjas pero con la primera lluvia sale flotando el ‘súper material’ que usan”. Estos son algunos de los comentarios de los conductores ante el pésimo estado de la carrera 37 del barrio La Ceiba, al norte de Valledupar.
Cristián inició su particular trabajo a principios de este año, en la misma arteria vial en donde se reúne con sus amigos diariamente y al notar las constantes quejas y las dificultades para conducir decidió ganarse ‘unos pesitos’ rellenando los huecos con piedras y arena que sustrae de la acequia La Solución, la cual queda justo enfrente de la calle en mención.
Aunque las constantes lluvias se llevan toda o casi toda la arena y piedra con la que cubre las zanjas; insiste en su labor ya que le deja como ganancia entre 20 y 25 mil pesos diarios.
El joven se fue hasta este barrio, porque según su testimonio, es donde hay mayor cantidad de afectación de la vía pública.
Reveló que en lo que va del 2016, ha tapado unos 62 huecos de todas las dimensiones dentro del perímetro urbano de Valledupar.
Arques Villalobos afirma que por su trabajo, apela a los pocos pesos que le dan los conductores que se sienten agradecidos por la labor.
Por Jennifer Polo / EL PILÓN