Enrojecimiento, irritación, secreciones y dolor ocular son los síntomas de la enfermedad que por estos días se expande en el departamento del Cesar. Se trata de conjuntivitis que, según datos de la Secretaría de Salud Departamental, en octubre ha registrado 1.604 diagnósticos compatibles con la enfermedad, donde los municipios con más consultas son Valledupar, El Paso, Bosconia, San Martín y Pailitas.
La responsable de Vigilancia en Salud Pública del Cesar, María Teresa Garcés explicó que “desde inicio de octubre recibimos una alarma de la Organización Panamericana de Salud, donde nos informaban que había brotes de conjuntivitis viral en varios países de América Latina y que teníamos que estar atentos porque iba a llegar a Colombia. Desde hace tres o cuatro semanas se empezaron a presentar casos de otros departamentos, por lo que le pedimos a las IPS que nos enviaran reportes de casos de conjuntivitis y a la fecha de hoy tenemos ocho municipios con reportes”.
Las recomendaciones de la profesional de la salud es dar manejo de la enfermedad en casa con frecuente lavado de manos y ojos, aplicación de comprensas frías, y utilización de gotas, que contengan lágrimas artificiales para lubricar los ojos, advirtiendo que está contraindicado tomar antibióticos y gotas que contengan corticoides y que se debe ir a una institución de salud solo si se presenta dolor intenso de los ojos y fiebre.
“Por ser una enfermedad viral que se transmite fácilmente, lo ideal es incapacitarse los tres a cinco días que dura la conjuntivitis. No se debe ir a los sitios de trabajo ni a las escuelas porque la persona enferma se pasa frecuentemente las manos por los ojos y deposita el virus en cualquier objeto que puede ser tocado por sus compañeros”, aseveró Garcés.
En esta enfermedad se inflama la conjuntiva, es decir, la membrana que cubre la parte interior de los párpados y la parte blanca del ojo. La conjuntiva es la piel que recubre al ojo por fuera, se trata de un tejido con numerosos vasos sanguíneos, razón por la cual cuando se inflama se pone rojo.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN